La pareja del año es, o mejor dicho, la no pareja del año, por méritos propios, la que forman, formaban y no formarán más la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Todavía matrimonio, todavía con el anillo puesto en el dedo, la hermana y el cuñado del rey están en boca de todo el mundo desde que Urdangarin humilló a la Borbón paseando de la mano con otra rubia. Desde entonces, caras de pocos amigos, discusiones y conversaciones de quien quiere volver y quién lo quiere dejar estar de manera definitiva, encuentros en Ginebra como el que hicieron hace tres días, según Telecinco, donde incluso un testigo los vio cogidos de la mano hablando de los hijos... Vete a saber cómo acabará todo y cuál será el futuro de ellos como pareja o si no habrá reconciliación posible. Se Nóos rompió el amor de tanto usarlo.

Cristina e Iñaki / Telecinco

No hay día que no salgan noticias o comentarios sobre ellos dos, algunas, curiosísimas, como el hallazgo que han hecho, rebuscando en la hemeroteca, los compañeros del diario La opinión de Zamora. Explican una visita que hicieron a la zona unos entonces enamoraditos Iñaki y Cristina, que se habían casado poco antes: "Una pareja casi aún de luna de miel acudió a una de las afamadas bodegas de la localidad ante el asombro de los dueños del mesón y del resto del pueblo". El inicio del relato ya llama la atención: "Domingo 28 de diciembre de 1997. Día de los Inocentes. En el mesón Taina, de El Perdigón, la localidad a una decena de kilómetros de Zamora, una llamada de teléfono encarga cuatro mesas para cuatro personas cada una de ellas, pero con la condición de que deben estar separadas: dos en el piso de arriba y dos en el de abajo. Además hay una advertencia: entre los comensales había 'dos personas importantes”". Qué misterios...

Cristina e Iñaki, jóvenes y enamorados / GTRES

Recuerdan que el entonces propietario del establecimiento temió ser víctima de una inocentada. Pero no. Poco después, entran por la puerta los entonces duques de Palma, de incógnito, después de la participación de Urdangarin en la Copa del Rey de balonmano con el Barça. El conjunto azulgrana había estado cerca de allí, en León, jugando contra el Caja Cantabria. Después de perder el partido, Iñaki buscaba un "lugar discreto" donde desayunar. Un escolta suyo conocía la zona y le sugirió ir a la bodega, famosa por las carnes a la brasa. Y hacia allí que fueron, acompañados de otra pareja y de los guardaespaldas. ¿Qué pidieron? La infanta, meando fuera de tiesto, escogió pescado en lugar de carne. Mal sitio para hacerlo. En el restaurante se las apañaron para hacerle un revuelto de espárragos con gambas para salir del paso. Iñaki, carnaca, un buen plato de mollejas. De postre, arroz con leche de la casa, plato que repitieron.

Cristina e Iñaki, cuando no se ponían los cuernos y eran felices / GTRES

¿Cómo iban vestidos?"Con vaqueros, como cualquier joven de su edad, de trato afable y sencillo, al estilo más campechano de la tradición borbónica". Lo más curioso, sin embargo, llegó al final del atracón. Porque les regalaron a la parejita, para que se fueran con un buen recuerdo, unos obsequios: una jarra de barro... y unas calabazas típicas de la zona... Qué premonitorio. Además, accedieron a hacerse una foto para que la colgaran en el local como recuerdo. Evidentemente, con una cámara de las de antes, analógicas, de las de carrete y revelado. Ni móviles ni digitales. ¿Qué pasó, sin embargo?: "Con tan mala suerte que era la primera del carrete y se enganchó. En el revelado faltaba la imagen de la infanta. Calabazas y su efigie fotográfica ahumada. A la vista del retrovisor pudiera parecer toda una premonición. La mitad nítida, la de Urdangarín con las gentes del mesón, llegó a publicarse. Más que malos augurios, se debió tratar de esas 'cosas que pasan', como expresó un lacónico Urdangarín", escriben con todo el sarcasmo del mundo.

'La opinión de Zamora', 1997

Calabazas, la foto de la infanta borrosa e inutilizable... Han pasado 24 años y Cristina ha vuelto a quedar fuera. ¿De dónde? Del matrimonio con Urdangarin, que prefiere a Ainhoa Armentia. Calabazas para la infanta. Nada es lo mismo que aquel día en Zamora. Por no aguantar, ni el restaurante: "ni siquiera el pueblo zamorano, que ha visto languidecer las bodegas. El mesón Taina ha cerrado. Lo hizo otro 28 de diciembre, de 2019"... Para inocentada, la de Iñaki a su mujer. Una inocentada de las que seguro que ella piensa que no hace puñetera gracia.