Esta semana Santa, una rama de los Borbones contraprogramaba la visita de los reyes y sus hijas a unos refugiados ucranianos, escenificando que la familia está rota, como ha asegurado Pilar Eyre. Mientras la princesa Leonor reaparecía en público, muy cambiada, al lado de sus padres y su hermana, sus primos (menos Froilán), sus tías, las infantas Elena y Cristina y su abuelo paterno, al cual hace siglos que no le ve el pelo, Juan Carlos, se reunían todos juntos y felices en Abu Dhabi. Visita al yayo con un esperpento de fotos, donde uno de los nietos aparecía sin piernas. Ahora, sin embargo, hemos sabido más cosas de esta visita relámpago de las hermanas del rey a su padre, especialmente, de por qué fue la infanta Cristina.
Durante estos días, su pronto exmarido, Iñaki Urdangarin, ha venido a Barcelona para estar al lado de alguno de sus hijos mientras su nueva pareja, Ainhoa Armentia, se iba unos días a la casa familiar de veraneo que tienen en la costa alicantina, a tomar el sol aprovechando las buenas temperaturas y sacar del altillo un bañador de color verde y negro, tal como se podía ver en la portada de la revista ¡Hola! de esta semana.
Pero en la revista Vanitatis, Sílvia Taulés revela más datos interesantes sobre esta visita del exduque a Barcelona y de que pasó con la mujer con la cual ha estado casado durante tantos años. La periodista habla de una visita "inesperada que dejó a todos descolocados". Especialmente a una infanta Cristina que estaba en Barcelona desde el pasado 8 de abril con sus hijos Pablo e Irene mientras esperaban la llegada de Miguel, que vive fuera. Pero el día 12, de manera imprevista, Urdangarin le dice a Cristina que cogían el coche desde Vitoria y se presentaban en Barcelona: "Nos cuentan que se formó cierto lío, porque doña Cristina no quería encontrarse con Urdangarin y él, ya de vuelta de todo, se movió por la capital catalana como si nada. Nadie le esperaba en la ciudad y se cruzaron en varios lugares sin haber quedado". Sensacional. Especialmente este ya de vuelta de todo. A la espera del divorcio definitivo entre los dos, el citado medio habla de una Cristina que "no está bien", mientras Iñaki vive feliz como una 'perdiz' al lado de Ainhoa Armentia. La Borbón, sin embargo, "sigue tratando de recomponerse. Nos lo dicen desde su entorno directo: 'Cristina aguanta pero no está bien, lo dio todo por su familia y ahora se ve sola en Ginebra con un futuro que nunca se imaginó'”. No es extraño, pues, que no quiera ver a Iñaki ni en pintura ni cruzarse con él, "y por eso han sucedido escenas extrañas estos días en Barcelona".
¿Cuáles? Lo que pasó en unos grandes almacenes de la capital catalana hace unos días, cerca de las oficinas de La Caixa, donde fue a trabajar unos días. No cuesta nada imaginar que se trata de unos grandes almacenes que empiezan por El Corte y acaban por Inglés, aquellos que hay en la Diagonal con Carlos III. Pero tranquilos, que no aparecieron cogidos como en esta foto de archivo. La infanta pasó un rato comprando regalos para su viaje en Abu Dhabi. Sin embargo, vaya, vayita!, cuando ella entraba, "entraba Urdangarin, por otra puerta, eso sí, creando confusión a los escoltas y a los amigos, que no sabían cómo encarar la situación". Y es que además, Iñaki no iba solo: "iba acompañado de Roberto Molina, pareja de Cristina Fernández, un matrimonio íntimo de la expareja Urdangarin de Borbón. Sobre todo de la Infanta, que ha compartido regatas con Fernández desde que era muy joven. Pese a todo, Iñaki estuvo también en los mismos grandes almacenes en los que sabía que estaba su mujer, aunque no se cruzaron". No cuesta imaginar que a Urdangarin le hubiera hecho gracia cruzarse con ella. No sólo eso, después de comprar, que ya es casualidad, en el mismo lugar, él "paseó tranquilo por los aledaños del hotel en el que se alojaba Cristina de Borbón".
¿Qué hizo Cristina después de esta desagradable coincidencia? Largarse por patas, "puso rápido tierra de por medio y se fue con Irene y Miguel en Abu Dhabi, como tenía planeado". Pero al volver, se alojaron nuevamente en el hotel donde siempre pasan los días en Barcelona, los AC Apartamentos Victoria Marriot. Y explica Vanitatis que este miércoles, allí estaba Iñaki Urdangarin desayunando con sus hijos a Irene y Miguel, "Sentados en una mesa esquinera, que se había tapado con un biombo, el exduque de Palma daba indicaciones a su hija para que firmara unos documentos ante la aburrida mirada de Miguel, que se acercaba al bufé libre del desayuno para tomar algo"... Cristina, por lo visto, prefirió pasar de bajar a tomar café con leche y cruasanes para no atragantarse. Urdangarin, mientras, "es consciente de lo mal que lo pasa su mujer y trata de explicarse a los suyos. Por eso queda con amigos comunes, para contarles lo que ha sucedido y cómo se siente"... Pues como se siente Cristina es hasta el moño y harta de coincidir con Urdangarin.