Zarzuela es veneno para los matrimonios. De los cuatro que había, sólo uno convive y es porque un divorcio del rey Felipe sería el último clavo en el ataúd de la monarquía. Juan Carlos y Sofia ni se saludan, los únicos divorciados Elena y Marichalar ni comentan cuan malos estudiantes son sus hijos y Cristina e Iñaki tienen los meses contados. Pilar Eyre publicó la exclusiva que la infanta Cristina había visitado a un abogado especialista en divorcios y ahora añade nuevos datos al distanciamiento físico pero también emocional de los exduques de Palma.
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Lejos queda la pasión que Cristina sentía por Iñaki. Se llegó a publicar que el autodenominado "duque empalmado" tenía unos atributos sexuales descomunales. Ahora Eyre sostiene en Lecturas que con eso Cristina no tiene bastante para mantener viva la llama: "Cristina no está mejor que su marido. Un alto cargo de prisiones me aclara que “la situación de la infanta todavía es más dura que la de Urdangarín (...) Pasar de palacios, reverencias y premios de vela a una prisión, a un vis a vis carcelario de un par de horas en una habitación tipo hostal humilde, dos camas, mesita de noche y baño con váter, bidet y ducha, con la líbido por los suelos, sin nada qué decirse, porque la falta de contacto enfría los amores más profundos y los matrimonios más sólidos, es muy difícil de soportar”. Se les ha acabado el amor e Iñaki se refugia en la religión.
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Iñaki Urdangarin recibe menos visitas que nunca y contra lo que se ha publicado, no saldrá antes de la prisión porque Felipe y Letizia no tienen ningún interés en verlo ni en hacer ver que disfruta de privilegio alguno. El primer permiso penitenciario lo tendrá cuando toca, por Navidad. Entonces quizás se encuentra con un regalo sorpresa en el abeto: los papeles del divorcio.