El terremoto de la relación extramatrimonial de Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia ya tiene consecuencias. 5 días después de la famosa exclusiva de la revista Lecturas, el exduque de Palma y la infanta Cristina han tenido que dar un paso adelante en su situación y han empezado el proceso que separa sus vidas de forma oficial. Una decisión lógica teniendo en cuenta cómo se han ido precipitando los acontecimientos y el escándalo y el jaleo mediático que ha puesto el universo real patas arriba.
Este fin de semana el bombardeo alrededor de Urdangarin y sus infidelidades no se ha detenido, ni mucho menos. El programa Viva la Vida ha puesto sobre la mesa una amante del 2008: una modelo rusa que vivía en Barcelona. Los espías españoles pensaron que era una agente del KGB, y por eso la investigaron. ¿El resultado? Que era "un lío" de Iñaki. El CNI le explicó la situación a Cristina, que no quiso hacer caso. Pero vaya, que le ponía los cuernos lo sabía toda La Zarzuela y alrededores.
La noticia llega a través de un comunicado enviado a la agencia EFE por parte de las dos partes en conflicto. Un texto muy breve pero concluyente: ya no son pareja. No se han divorciado, pero se separan y lo expresan de manera pública, que no legal. Eso ya llegará más adelante, si es que no hay milagro y acaban reconciliándose. "La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin hemos decidido interrumpir nuestra relación matrimonial. El compromiso con nuestros hijos permanece intacto. Dado que es una decisión de ámbito privado, pedimos el máximo respeto a todos los que nos rodean", que recuerda aquel famoso "cese temporal de la convivencia" de Elena de Borbón y Jaime de Marichalar, y que acabó con el divorcio formal tiempo después.
#EFEURGENTE | La infanta Cristina y Urdangarin deciden "interrumpir su relación matrimonial". pic.twitter.com/wkouSaZLtq
— EFE Noticias (@EFEnoticias) January 24, 2022
El comunicado confirma las sospechas bien fundamentadas de la cronista real catalana Pilar Eyre, quien advirtió en noviembre de 2018 que la infanta estaba gestionando su divorcio en un despacho de abogados matrimonialista. La infanta quería dejar a su marido, Ginebra y Barcelona para volver a Madrid a vivir con sus dos hijos pequeños. "Cristina aún sigue considerando a Urdangarin inocente, aún cree que ha sido un cabeza de turco. Pero al amor lo ha sustituido la compasión, un soporte insuficiente para mantener un matrimonio. La infanta está buscando piso en Madrid. En Madrid Cristina ha florecido de nuevo. Ríe, tiene buena relación con sus hermanos, incluido Felipe, incluida Letizia, y adora a su padre, quien quiere verla lejos de su caso".
Perder a un marido para recuperar un estatus y un linaje. La jugada duele, pero no tanto.