La infanta Cristina está muy preocupada por sus hijos. Siempre ha intentado mostrarlos como personas educadas, estudiosas y responsables, pero la realidad es muy diferente. Al cumplir la mayoría de edad todos han volado del nido y han dejado de estar bajo sus órdenes y su control. Pablo se marchó a Barcelona para seguir los pasos de su padre en el balonmano, Miguel y Juan estudiaron en Reino Unido, pero solo el mayor se quedó en Londres, el más joven vive ahora en Madrid donde ha conocido a Olympia. Por otro lado está la benjamina de la familia, quien más quebraderos de cabeza ha dado a su madre en este último año.
Irene Urdangarin vivió en Ginebra con su madre hasta los 18 años, y pretendía estudiar Administración y Dirección Hotelera en la prestigiosa universidad de Lausana, así que se quedaría cuatro años más viviendo con su progenitora. Sin embargo sus planes cambiaron tras el bajo rendimiento escolar. La ruptura de sus padres hizo mella en las notas de la joven. Irene recibió varios avisos por parte de la institución y estuvo a punto de repetir curso, algo que Cristina siempre ha intentado ocultar. No obstante, sus amigas de clase revelaron que en bachillerato bajo mucho el nivel. Estaba muy rebelde.
Irene Urdangarin suspendió las pruebas de acceso
Hace unos meses se reveló que Irene Urdangarin se había inscrito en las pruebas de acceso de Lausana, pero las suspendió. Se quedó fuera de la selección. La infanta Cristina pagó los 500 euros que cuesta inscribirse, y los perdió. No se quería decir que Irene no tenía el nivel para ir a la universidad, así que se decidió anunciar un año sabático, como ya hizo Juan Urdangarin en su día. La infanta Cristina obligó a Irene a realizar un voluntariado en Camboya, y también a entretenerse con el carne de conducir e idiomas.
Se sabe que estos últimos meses volvió a intentar superar las pruebas de Lausana porque era esa la formación académica que quería, pero volvió a suspender. Ya con pareja, Juan Urquijo, y desanimada, no tenía claro si quería continuar formándose. Quería quedarse en Madrid, pero Cristina tenía claro que eso no iba a suceder. Le buscó plaza en una universidad de Londres, donde estudia Organización de eventos.
La infanta Cristina ha ocultado durante más de un año el bajo rendimiento de Irene. No era tan buena estudiante como se hizo creer a los medios de comunicación. Y es que los Borbón nunca se han caracterizado por ser buenos en los estudios.