El rey emérito Juan Carlos asistía este jueves acompañado por su hija la infanta Cristina a la ceremonia de ingreso en la Academia Francesa del Nobel hispano-peruano Mario Vargas Llosa, los dos invitados de primera fila bajo la emblemática cúpula del Instituto Francés, en París. "Muy bien, encantado de veros" ha dicho al rey de 85 años notablemente desmejorado como muestran las imágenes con un chaleco arrugado que su hija no le ha sabido hacer planchar.
Al ingresar en la sala, el rey y su hija recibían una ovación de los asistentes, antes de sentarse en la primera fila del anfiteatro sin que nadie más estuviera a su lado. Un lugar privilegiado en una República para el rey abdicado y la hija absuelta de delitos económicos. Unos royals venidos muy a menos como demuestra que la infanta Cristina ha ido inapropiadísima, mal vestida para un acto literario de gala. Un traje brilli brilli de lentejuelas que parecía para los Goya, pero deslucido. Hortera como nunca, la infanta divorciada no encuentra su lugar:
Vanitatis no disimula la mala elección de la hermana del rey Felipe: "La infanta Cristina, enfundada en una blazer de lentejuelas en tonalidad marrón chocolate en contraste con su total look negro, mucha lentejuela" El rey emérito, que reside en Abu Dhabi, ha ido a París en viaje privado después de que el mismo Vargas Llosa le extendiera una invitación para la solemne ceremonia. No se conocen, sin embargo, detalles de la agenda de Juan Carlos. A sus 86 años, Vargas Llosa ocupará la butaca número 18 de la Academia Francesa, una institución creada en 1635 por el cardenal Richelieu para velar por la lengua francesa.
Vargas Llosa, que no ha invitado Ia sabrel Preysler con la que está en guerra por dinero y celos ha dicho "Gracias a Francia descubrí la otra cara de América Latina, los problemas comunes a todos sus países, la horrible herencia de los golpes militares y del subdesarrollo, la guerrilla y los sueños compartidos de liberación". Pomposo con un traje bordado con hojas de olivo y cargando una espada. Como D'Artagnan con un rey y una princesa.
Vargas Llosa, marca de la casa ir mal vestido
Mario Vargas Llosa, cuando su hijastra Tamara ganaba el talent de cocina, se plantó en el plató de 'Masterchef' hecho un trapo. Descamisado, con la camisa por fuera de los pantalones y la ropa arrugada. Como si volviera de una noche de farra o saliera de una siesta larguísima. El 'look' del Nobel de Literatura sorprendía. Más todavía, teniendo en cuenta que era la pareja de Isabel Preysler, símbolo de la moda y del buen gusto e icono de la elegancia y el buen vestir.
En las redes sociales, el escritor peruano fue el hazmerreír de los espectadores de 'Masterchef Celebrity'. Y ahora Juan Carlos, coetáneo, y Cristina, fuera de lugar, igual. Casposo. Mon Dieu.