Un día después del funeral de Juan Gómez-Acebo, que reunió a varios miembros de la familia real, El Confidencial publicó una información que ha reavivado las sospechas sobre el rey Juan Carlos I, sus actos de corrupción y la ocultación de bienes. Esta revelación también ha puesto en evidencia la permisividad de la casa real con respecto a acciones que, en cualquier otro contexto, serían consideradas delictivas.
Según la publicación, Juan Carlos I ha creado una fundación en Abu Dabi con el fin de transferir su herencia de manera más eficiente y segura. En esta fundación, tanto la infanta Elena como la infanta Cristina figuran como parte del patronato. La legislación en Emiratos Árabes Unidos ofrece ventajas significativas en términos de fiscalidad y secreto, permitiendo a los herederos controlar el patrimonio sin revelar la identidad de los beneficiarios. Este mecanismo busca evitar que el fisco español intervenga en la fortuna de Juan Carlos, permitiendo que sus hijas reciban el dinero sin pagar impuestos.
Las infantas Elena y Cristina se alían con Juan Carlos I para apuñalar por la espalda a Felipe VI
Estas informaciones cayeron como una bomba en la casa real, a donde han regresado los fantasmas del pasado que llevaron a la abdicación del rey Juan Carlos I y a la renuncia por parte de Felipe VI a la herencia de su padre. El trabajo que ha estado haciendo la reina Letizia para limpiar la monarquía de corrupción se ha desmoronado como un castillo de naipes.
Felipe VI se siente decepcionado no solo con su padre, sino especialmente con sus hermanas, las infantas Elena y Cristina. La noticia ha llegado en un momento delicado, cuando se estaba intentando una reconciliación entre las infantas y el rey, con el objetivo de reintegrarlas en el primer plano de la agenda real. Ha sido una puñalada por la espalda en toda regla. Felipe siente que se han reído de él.
No solo eso. El rey ha sido engañado. Hasta dos veces negó la infanta Cristina su implicación en este asunto, aludiendo que ella, al tener su domicilio fiscal en Suiza, no tenía necesidad de participar en fundaciones para no pagar impuestos por la herencia. La creación y gestión de la fundación en Abu Dabi, dejan clara una realidad muy diferente.