La infanta Cristina ha querido proteger a sus cuatro hijos del foco mediático. Mientras eran menores de edad no se ha hecho pública ninguna información sobre ellos, y es que los vigilaba muy de cerca. Prácticamente no les dejaba salir solos. Siempre han tenido la imagen de responsables y educados, pero no todos serían iguales. La benjamina de la familia se parece más a los Marichalar que a los Urdangarin. Irene Urdangarin le ha dado algunos quebraderos de cabeza, especialmente en estos dos últimos años donde se ha visto afectada por la ruptura de sus padres.

Cristina de Borbón creía que Irene Urdangarin se iba a quedar cuatro años más en Ginebra como mínimo, ya que su intención era estudiar Administración y Dirección Hotelera en la prestigiosa universidad de Lausana. Pero para ello, aunque haya estudiado el bachillerato internacional, hay que  pasar unas pruebas de acceso muy complicadas. Piden dos semanas de formación en un trabajo relacionado con la carrera a la que uno se quiere apuntar y 500 euros para realizar las pruebas de acceso. Sabemos que Irene se sometió a ellas a principios de junio del año pasado, pero las suspendió. Además, ha obtenido una nota muy baja de bachillerato internacional, tal y como informan sus mejores amigas de clase.

Infanta Cristina

Aunque Cristina niega esas informaciones, sabemos que es una realidad. Irene Urdangarin suspendió las pruebas y por ello realizó un voluntariado como su hermano Juan, otro que tampoco sacó buenas notas. Solo Miguel ha terminado sus estudios universitarios y parece que ahora mismo no está centrado en trabajar.

La infanta Cristina suspendía todo el rato la misma asignatura 

Y es que decían que la infanta Elena no era muy buena estudiante, pero Cristina y Felipe tampoco, será el gen Borbón. La escritora Marta Sanz ha revelado en un programa de la Cadena SER que coincidió con Cristina en la carrera universitaria, y siempre se le resistía una asignatura.

Infanta Cristina GTRES

Sanz ha relatado la anécdota después de que Àngels Barceló le preguntase sobre "esos nombres compuestos, complejos, que a veces se usan como etiquetas". La escritora ha comentado que "no es lo mismo llamarse Victoria Federica Marichalar y Borbón que Juana Pérez" y ha confesado que ella presta mucha atención a los nombres, "porque tengo que bautizar a los personajes de mis novelas”.

Coincidieron en la Facultad de Sociología. Según el recuerdo de Sanz, la infanta "suspendía sistemáticamente la asignatura de Estructura Económica de segundo de Sociología"."Te aseguro que su nombre, su marca, su rastro, su etiqueta, sobresalía en el listado y nos reíamos muchísimo, porque era la época de Infanta Naranja ni Fanta Limón y cosas peores", ha rememorado.