En el transcurso del último año, el Palacio de la Zarzuela ha adoptado un ambiente más parecido al de un hotel, recibiendo una cantidad significativa de visitas, especialmente de miembros de la familia real. Entre los más frecuentes se encuentran algunos de los nietos de la reina Sofía, como Victoria Federica, Irene y Miguel Urdangarin. Incluso las infantas Elena y Cristina han hecho acto de presencia en el palacio, algo que no era habitual en tiempos recientes. Esta afluencia de familiares es algo inusitado, dado que Felipe VI y la reina Letizia habían impuesto una regla tácita que impedía la visita de otros Borbones al palacio, una norma que se ha relajado temporalmente debido al delicado estado de salud de la reina Sofía.

Los últimos años han sido especialmente difíciles para la reina emérita. Enfrentó la pérdida de su hermano, Constantino de Grecia, cuya muerte fue repentina. Poco tiempo después, se confirmó que su hermana Irene de Grecia padecía Alzheimer, lo que supuso otro duro golpe para Sofía. Además, ha sufrido la pérdida de personas importantes en su vida, entre ellos miembros cercanos de su familia, como algunos de los hermanos Gómez-Acebo, y hasta su peluquero, con quien mantenía una estrecha relación. Todos estos acontecimientos han contribuido a que la reina Sofía se sienta cada vez más sola y vulnerable, y la edad también empieza a pasarle factura, tanto física como emocionalmente.

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Uno de los aspectos que más ha afectado a la reina Sofía es el deterioro de la salud de su hermana Irene. A pesar de que Irene ha sido su compañera inseparable durante más de cinco décadas, la enfermedad ha avanzado hasta el punto en que Irene ya no reconoce a su propia hermana. Las últimas apariciones públicas de Irene han mostrado un estado preocupante, apareciendo en silla de ruedas, con un semblante visiblemente deteriorado y una mirada perdida que refleja su desconexión con la realidad.

La infanta Cristina abandona Ginebra para estar cerca de la reina Sofía e Irene de Grecia, entre Madrid y Barcelona 

A pesar de contar con atención médica constante en Zarzuela, con médicos disponibles las 24 horas y personal sanitario interno, lo que realmente necesita la reina Sofía es la compañía de sus seres queridos. Las dificultades relacionadas con su movilidad y algunas lagunas de memoria empiezan a hacerse evidentes, lo que ha llevado a la infanta Cristina a tomar la decisión de trasladarse temporalmente al palacio para estar cerca de su madre en estos momentos tan difíciles. Esta decisión ha generado cierta incomodidad en la reina Letizia, ya que Cristina no ha definido una fecha de salida, pero habrá días en los que viaje a Barcelona por trabajo, ya que ha recomprado un piso en la avenida de Pedralbes número 55, cerca de las oficinas de CaixaBank. 

Cristina también ha informado a sus cuatro hijos sobre el delicado estado de su abuela, instándolos a que permanezcan cerca de ella durante estos tiempos complicados. Aunque la reina Sofía encuentra consuelo en la cercanía de sus nietos, la situación con Leonor y Sofía, las hijas de Felipe VI, sigue siendo tensa. A pesar de los deseos de la reina emérita de reunir a todos sus nietos, la reina Letizia se ha mostrado firme en no permitir que sus hijas compartan tiempo con sus primos, una situación que ya ocurrió hace dos veranos cuando Sofía pidió un almuerzo familiar.

El último informe médico sobre la salud de la reina Sofía ha generado gran preocupación entre los miembros de la familia, quienes ya han mantenido reuniones privadas para abordar la situación. A pesar de la gravedad, hasta el momento no se ha emitido ningún comunicado oficial al respecto.

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