El próximo mes de junio la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin dejarán de ser marido y mujer tras más de dos décadas de feliz relación. Una vez estampada la firma en el complicado acuerdo de divorcio, ya solo les unirán los cuatro hijos en común, a partir de ese momento todos ellos serán mayores de edad.
La relación entre Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina empezó a torcerse cuando el exduque de Palma ingresó en prisión por su implicación en el caso Nóos. La presión mediática, los juicios, la distancia, en aquel momento la hermana de Felipe VI se instaló en Ginebra, donde reside en la actualidad junto a su hija Irene, hicieron mella en el matrimonio.
La infanta Cristina visitaba muy a menudo a Iñaki Urdangarin en la cárcel, pero poco a poco sus visitas fueron menos frecuentes. Saltaron todos los rumores de un distanciamiento cuando el exjugador de balonmano salió de prisión y en vez de irse a vivir con su mujer se quedó en Vitoria con su madre. Hace un año se publicaron unas fotografías donde se le podía ver en compañía de una misteriosa mujer dando un paseo por la playa de Biarritz.
Esta mujer, que en un primer momento se pensó que fuese la infanta Cristina, era Ainhoa Armentia, una mujer que trabaja en el bufete de abogados donde también trabaja Iñaki Urdangarin. En aquel momento, el guipuzcoano no le comunicó nada de estos a la madre de sus hijos, mantenían una relación exactamente igual que antes de entrar en prisión.
Cristina de Borbón se enteró de la infidelidad de su todavía marido por la prensa, como el resto de ciudadanos. La infanta se sintió traicionada, engañada y humillada ante millones de personas.
La infanta Cristina no ha superado la ruptura con Iñaki Urdangarin
Los padres de Miguel, Juan, Pablo e Irene han llegado a un acuerdo de divorcio satisfactorio y no deberán pasar por los juzgados. La infanta Cristina correrá con todos los gastos de Iñaki Urdangarin. Le abonará una paga mensual de 25.000 euros, le pagará 2 millones de euros en concepto de indemnización y pondrá a su nombre varios inmuebles en la localidad francesa de Bidart. Además, también sufragará sus gastos siempre que estén relacionados con las visitas a sus hijos y le pagará la escolta de su bolsillo. Algo que no supondrá ningún problema para la infanta ya que se embolsa 400.000 euros al año por su trabajo en la fundación. Aconsejada por Casa Real, la infanta está totalmente agradecida por la total implicación de Iñaki en el caso Nóos y de esta forma garantiza su silencio. Tendrá prohibido hablar con los medios de comunicación, conceder entrevistas o escribir un libro.
La infanta Cristina atraviesa uno de sus peores momentos. Aunque ha pasado un año de la ruptura, la hija de Juan Carlos I no ha superado la ruptura. Durante este tiempo se ha puesto en manos de profesionales en salud mental. Acude regularmente al psicólogo y se está planteando cambiar de país.