Parece que la situación entre Cristina e Iñaki Urdangarin sigue sin resolverse. Y ahora las vacaciones familiares se ven afectadas por las condiciones que Cristina ha impuesto mientras no se haya finalizado el divorcio.
Todo comenzó el pasado 5 de junio, cuando la hija más joven de la pareja, Irene Urdangarin, cumplió 18 años. Esto marcó el inicio del proceso de divorcio, y se esperaba que Cristina e Iñaki pudieran firmar los papeles en un notario para evitar filtraciones y el paso por el juzgado. Aunque no se esperaba que se cerrara el asunto al día siguiente, sí se esperaba que se resolviera después del 16 de junio, fecha en la que se celebró la graduación de Irene en Ginebra. Y en ese evento, por primera vez en mucho tiempo, Iñaki, la infanta Cristina y el rey emérito Juan Carlos I coincidieron en el mismo espacio, en lo que fue una oportunidad perfecta para resolver los últimos detalles del acuerdo.
Todo apunta a que la firma no se producirá hasta después de vacaciones
En dicho acuerdo, Urdangarin habría solicitado dos millones de euros y una pensión vitalicia de 25.000 euros al mes para mantener el silencio después de la separación sobre los secretos que conoce del rey emérito Juan Carlos y de su círculo de amigos millonarios y poderosos. Además de la compensación económica, Iñaki también desea tener acceso a propiedades de la familia real, incluyendo la casa en Baqueira y el chalet en Bidart.
Sin embargo, ha pasado más de un mes desde el cumpleaños de Irene y tres semanas desde su graduación, y el asunto sigue sin resolverse. Y todo parece indicar que el divorcio no se oficializará hasta después del verano. Así que estas vacaciones estarán marcadas por las condiciones que Cristina ha establecido para Iñaki mientras no se haya finalizado el divorcio, especialmente en lo que respecta a Ainhoa Armentia y sus hijos.
Cristina quiere familias separadas hasta después del divorcio
Hasta ahora, Cristina ha dejado claro que no le importa reencontrarse con Iñaki, ni que sus cuatro hijos pasen tiempo con su padre. Sin embargo, sí le preocupa que Iñaki pase tiempo con Ainhoa y sus hijos. Además, no quiere que su familia se mezcle con la familia de Armentia. Hasta ahora, el ex jugador de balonmano siempre ha estado solo cuando se ha reunido con sus hijos, y esto no es una coincidencia.
Cristina desea que las familias sigan separadas hasta que se firme el divorcio. Si no se cumplen estas condiciones, Iñaki perderá los beneficios que ha exigido en el acuerdo de divorcio. Iñaki puede ir de vacaciones con sus hijos, pero sin mezclar a las dos familias. Ainhoa y los suyos se quedarán fuera de la ecuación.