La familia real española nunca deja de sorprendernos con sus escándalos financieros, y esta vez es la infanta Cristina quien vuelve a estar en el ojo del huracán. Al parecer, la ex duquesa de Palma realiza abultadas transferencias cada fin de mes para mantener el lujoso estilo de vida de sus cuatro hijos, todo ello con fondos que provienen nada más y nada menos que de su padre, el rey emérito Juan Carlos I. Mientras él disfruta de su retiro dorado en Abu Dabi, su fortuna sigue fluyendo, y sus nietos son los principales beneficiarios.
Cristina de Borbón no es solo una madre preocupada por el bienestar de sus hijos; es también la encargada de gestionar las millonarias sumas que mes a mes les permiten llevar una vida de ensueño. Aunque Juan Carlos I es el origen de estos fondos, no es él quien realiza las transferencias directas. En su lugar, Cristina se ha convertido en la administradora de la fortuna familiar, distribuyendo el dinero entre sus hijos con una precisión digna de un banquero suizo.
Un lujoso estilo de vida asegurado
Cada fin de mes, la infanta realiza transferencias colosales a los cuatro hijos que comparte con su ex marido, Iñaki Urdangarin. Juan Valentín, Pablo, Miguel e Irene viven sin preocupaciones financieras gracias a las generosas cantidades de dinero que reciben de su madre, quien a su vez gestiona los recursos provenientes de Juan Carlos. Así, Cristina garantiza que sus hijos mantengan un nivel de vida acorde a su apellido, independientemente de sus actividades personales o profesionales.
Juan, el mayor, disfruta de un lujoso piso en Londres, cuyo alquiler es cubierto íntegramente por las transferencias de su madre. Irene, la menor, estudia en Oxford, y todos sus gastos, desde la matrícula hasta su alojamiento, también son pagados con el dinero que fluye desde la cuenta de la infanta. Pablo, el jugador de balonmano, recibe una "ayuda" para complementar su sueldo en el club Granollers de balonmano, ya que su salario no es suficiente para cubrir su costoso estilo de vida. Y finalmente, Miguel, el hijo que se ha tomado un año sabático, vive de las transferencias mensuales de su madre, ya que ni estudia ni trabaja.
Un flujo de dinero inagotable desde Abu Dabi
Lo más impactante de esta situación es que, aunque Juan Carlos I vive en el exilio en Abu Dabi, su influencia financiera sigue siendo fuerte en la vida de sus descendientes. Se dice que el ex monarca continúa manejando una fortuna considerable desde su lujosa residencia en Oriente Medio, y que su principal preocupación es asegurar que sus nietos no sufran por falta de recursos. Sin embargo, debido a todos sus delitos fiscales, las transferencias no las realiza él directamente; para ello cuenta con Cristina, quien se ha encargado de distribuir el dinero de su padre a sus hijos de manera discreta.
Este sistema de transferencias mensuales es solo una muestra más del control que Juan Carlos I ejerce sobre su familia, incluso a la distancia. Mientras el rey emérito sigue lidiando con los escándalos que marcaron su reinado y lo llevaron a abandonar España, se asegura de que sus nietos, al menos los hijos de Cristina, continúen disfrutando de una vida llena de privilegios.