La infanta Cristina ha atravesado una etapa de profundos cambios en su vida desde su divorcio de Iñaki Urdangarin a principios de 2024. Este acontecimiento, lejos de sumirla en la tristeza, parece haber marcado el inicio de una nueva fase, tanto en lo personal como en lo profesional. La relación restaurada con su hermano, el rey Felipe VI, y su regreso a los eventos oficiales de la Casa Real han dado un giro a su imagen pública, posicionándola nuevamente dentro del radar mediático con una nueva perspectiva.

A lo largo de estos meses, la infanta ha adoptado una actitud de renovación y optimismo, lo que ha generado especulaciones sobre sus posibles tratamientos estéticos. Su apariencia rejuvenecida y su actitud positiva han llamado la atención de los medios y de la sociedad, que ahora la ve con una energía distinta, más liberada y fuerte.

La infanta Cristina rehace su vida lejos de Iñaki Urdangarin

Uno de los cambios más destacados en su vida ha sido la adquisición de una nueva propiedad en Barcelona, un paso que representa un significativo regreso a sus raíces. La infanta Cristina decidió comprar un piso de soltera, un amplio apartamento de 305 metros cuadrados en el que planea comenzar un nuevo capítulo de su vida. Este hogar cuenta con cuatro habitaciones, tres baños, un trastero y dos plazas de garaje, elementos que marcan un espacio cómodo y bien ubicado. Sin embargo, lo más intrigante de esta compra es que el apartamento tiene una historia detrás: originalmente fue adquirido por Cristina y su exmarido Iñaki Urdangarin por un valor de 80 millones de pesetas (aproximadamente 480.000 euros), aunque en su momento fue vendido por cerca de dos millones de euros. A pesar de ello, no se sabe cuánto ha tenido que pagar Cristina ahora para recuperar esta propiedad.

Aunque ha dado este paso importante en su vida personal, la infanta Cristina sigue viviendo principalmente en Ginebra, donde se ha establecido desde 2013. Aunque sus hijos ya no viven en su hogar y ella pasa cada vez más tiempo en España, su vida en Suiza le ofrece una sensación de privacidad y tranquilidad que no podría encontrar en su país natal. Ginebra le permite alejarse de los medios y vivir con una discreción que parece fundamental para ella.

La infanta Cristina sigue viviendo en Ginebra

En la ciudad suiza, Cristina reside en uno de los barrios más exclusivos, Champel, una zona que destaca por sus avenidas amplias y sus hermosos jardines. En este distrito, los alquileres de viviendas con jardín como la suya superan los 10.000 euros mensuales, lo que da una idea del nivel de exclusividad y privacidad que ofrece este lugar. La infanta Cristina valora mucho esta privacidad, pues le permite mantener su vida personal lejos de la atención mediática constante.

Uno de los motivos por los que la infanta sigue allí es la discreción. En Suiza se encuentra lejos de los focos y objetivos indiscretos, siempre pendientes de sus movimientos. Ello, además, le permite dar rienda suelta a la presunta relación que estaría manteniendo con un empresario de Barcelona con quien se habría visto en la ciudad condal y Ginebra, según algunas fuentes, y con el que habría empezado una amistad muy especial hace unos meses.