Cristina de Borbón atraviesa un momento complicado. La infanta continúa sin firmar el divorcio con Iñaki Urdangarin. Cuando parecía que todo estaba en orden y el fin del matrimonio era inminente, la hija de Juan Carlos I sorprende con una cláusula que pone en jaque la estrategia de su todavía marido. Las peticiones del exjugador de balonmano son muy exigentes, y si de verdad está enamorado de Ainhoa Armentia o solo quiere el dinero de los Borbón, deberá aceptar una cláusula. Si se casa con la abogada perdería todos sus beneficios. Ni sueldo de 25.000 euros, ni escolta, ni propiedades. Y los dos millones de euros que recibiría en concepto de indemnización debería devolverlos. Iñaki no acepta.
La infanta se sintió humillada y traicionada por el daño que le ha hecho Iñaki Urdangarin. Ella dejó la corona por amor y así se lo pagó. Además, le recuerda que siempre ha sido ella quien se ha ocupado de sus cuatro hijos. Juan Carlos les ha pagado todos los estudios y caprichos. Y ahora está centrada en Irene Urdangarin, su mayor quebradero de cabeza.
Irene Urdangarin tenía claro su futuro. Iba a quedarse cuatro años más en Ginebra, sin embargo todo ha cambiado. Tras terminar bachillerato internacional realizó las dos semanas de prácticas que pedían en la universidad de Lausana para poder estudiar su carrera. Sin embargo, las pruebas de acceso no las habría aprobado. Y este es el principal motivo por el que habría decidido tomarse un año sabático.
Irene Urdangarin sufre por la ruptura de sus padres
La hija pequeña de Iñaki y Cristina se ha instalado en Madrid, concretamente en Zarzuela, en casa de su abuela la reina Sofía, con la desaprobación de Letizia. Ni a su madre ni a la reina les gusta la nueva conducta de Irene. Su relación con Victoria Federica le está perjudicando. Son primas, pero también grandes amigas.
Irene Urdangarin ha atravesado momentos muy complicados, especialmente con la ruptura de sus padres. Nunca lo entendió y le costó perdonar a su padre por las formas en las que rompía la relación con su madre, una infidelidad. Ha visto a su madre totalmente rota, y esa imagen no se la puede quitar de la cabeza.
Debido a su situación actual, Irene Urdangarin recibe ayuda psicológica. Lo hacía en Ginebra y ahora se ha desentendido totalmente. Cristina le estaría buscando nuevos profesionales en Madrid. Ahora sale más y está mucho más despistada. Cristina tiene miedo que se convierta en la nueva Victoria Federica.