Por el momento Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón no han llegado a un acuerdo de divorcio satisfactorio para ambas partes. Ambos mantienen una batalla legal de casi dos años sin fin. Las peticiones del exduque de Palma son demasiado exigentes, y la infanta no está dispuesta a ceder, mucho menos tras la humillación pública a la que la sometió cuando se destaparon las fotografías de su todavía marido con otra mujer, Ainhoa Armentia. Ambos paseaban muy acaramelados por la playa de Biarritz. Si no se le hubiese descubierto, tal vez el exjugador de balonmano hubiese continuado con una relación a dos bandos. Es la misma estrategia que siguió cuando conoció a la madre de sus hijos hace más de dos décadas.

La infanta Cristina era conocedora de los problemas en el matrimonio. Ambos se distanciaron cuando Iñaki entró en prisión. No obstante, nunca se imaginó que podrían divorciarse. Pensaba que podrían arreglar las cosas, o por lo menos que el padre de sus hijos le sería sincero. Todavía le guarda mucho rencor y por este motivo no piensa humillarse otra vez para que viva la vida a su costa y la de su familia.

Iñaki entra en casa

Cristina de Borbón quiere comprobar si realmente Iñaki Urdangarin está enamorado de Ainhoa Armentia o simplemente quiere el dinero de los Borbón. Según Pilar Eyre, el exduque de Palma ha puesto una nueva cláusula en la que si el padre de sus hijos se casa con la abogada perdería todos los beneficios.

La infanta Cristina no quiere beneficiar a Iñaki Urdangarin tras la humillación pública 

Iñaki Urdangarin no firma. Y eso que según Juan Luis Galiacho habría recibido ya el primer millón de euros por parte de Juan Carlos I, quien financiará todos los gastos, en concepto de indemnización por el libro que le ofrecieron escribir y al que renunció. El padre de Juan, Miguel, Irene y Pablo también habría ampliado su sueldo de 6.000 euros por la separación a los 25.000 euros por divorcio. Y ha logrado mantener a su escolta.

Iñaki y Cristina efe

Hay otros asuntos que también retrasan el famoso divorcio. Entre ellas el apartamento de Bidart que compraron entre los dos, y algunos regalos que recibieron cuando estaban casados. Con algunos de estos obsequios no se pondrían de acuerdo. Concretamente, unos grabados de Picasso y otros artistas. Con un importante valor económico, aunque también simbólico.