La infanta Cristina ha pasado uno de sus años más complicados. A la vez que el resto de mortales, la hija de Juan Carlos descubría la infidelidad de su todavía marido con Ainhoa Armentia. Un paparazzi vendió las fotografías donde aparecía el exduque de Palma dando un paseo por la playa de Biarritz en compañía de una mujer de melena rubia. En un primer momento se pensó que era la hermana de Felipe, pero ella tenía claro que no había estado allí y hacía días que no le había visto. En su matrimonio había ciertos problemas, pero no pensaba que se divorciarían, y mucho menos sin hablar las cosas antes.
A pesar de lo que haya sucedido entre ellos, los dos tienen claro que su máxima prioridad son sus cuatro hijos. Irene Urdangarin, la más pequeña, es quien peor lo ha pasado con la ruptura. No perdona a su padre que haya sido infiel a su madre y no haya tenido el valor de hablar las cosas antes de emprender un camino. No obstante, estuvo presente en la graduación de su hija y la fiesta posterior por su mayoría de edad. Todos los familiares llegaron a Ginebra el jueves 15 de junio. Se hospedaron en el lujoso hotel Four Seasons de Ginebra que pagó Juan Carlos como regalo a su nieta. Los padres de Irene, Cristina e Iñaki, sus hermanos, Juan, Miguel y Pablo, su tía Elena con sus primos Victoria Federica y Froilán, y sus abuelos, Juan Carlos, Sofía y Claire. Las únicas grandes ausencias estuvieron marcadas por Felipe y Letizia. Leonor y Sofía tampoco acudieron al cumpleaños.
Iñaki Urdangarin, desplazado en la graduación de su hija Irene
Pero todos los focos se centraron en Iñaki Urdangarin, la persona non grata a día de hoy en Casa Real. Se esperaba encontrar una fotografía donde el exduque hable con Juan Carlos o Cristina de Borbón, pero eso no sucedió, por lo menos de cara al público. Tomaron todo tipo de medidas de seguridad para que esta celebración no se convirtiese en un circo. Durante la graduación Juan Carlos y Sofía tuvieron un sitio predilecto, justo en el improvisado escenario por donde pasaban todos los alumnos a recibir sus diplomas y a mencionar unas palabras. El resto de la familia se sentó en la primera fila de las gradas de uno de los patios del colegio. Todos menos uno, Iñaki Urdangarin se quedó relegado a un segundo plano, en la segunda fila de las gradas, completamente solo. La madre del exduque quiso sentarse al lado de Cristina, a quien tiene especial cariño y le duele esta ruptura.
La infanta Cristina no solo relegó a un segundo plano a Iñaki en la graduación y en el restaurante, tampoco le dirigió la palabra en un solo momento. Se olvidó por él al completo, como si ni hubiese venido. Ni un solo saludo cordial. Una fría relación con un divorcio a escasos días de poner punto y final.