La infanta Cristina está muy preocupado por sus hijos. Algunos de ellos le han dado demasiados quebraderos de cabeza. Siempre ha intentado protegerles y alejarles del foco mediático. No quería que los medios de comunicación hablasen de ellos. Los ha mostrado como unos jóvenes responsables y estudiosos, pero la realidad es muy distinta. En el último año, algunos de los Urdangarin se han instalado en Madrid provocando el caos.
Irene Urdangarin dio una adolescencia complicada a la infanta Cristina. Tal y como dieron a conocer algunos medios de comunicación, la benjamina de la familia obtuvo un bajo rendimiento escolar mientras cursaba bachillerato internacional, justo coincidió con la separación de sus padres, que le afectó sobre medida. Se volvió mucho más rebelde. Estuvo a punto de repetir curso, pero Juan Carlos I intervino para paralizar esa decisión. Cristina siempre ha pedido apoyo a su padre.
La hermana de Juan, Pablo y Miguel pretendía estudiar Administración y Dirección Hotelera en Ginebra, viviría cuatro años más con su madre, pero debido a su bajo rendimiento no superó las exigentes pruebas de la prestigiosa universidad de Lausana. Así que tuvo que tomar otro camino. Cristina no quería que su hija estuviese todo un año sin hacer nada, así que la obligó a realizar un voluntariado como su hermano Juan, en Camboya.
Irene Urdangarin se instaló en el palacio de la Zarzuela con su abuela, la reina Sofía. Estuvo un año, hasta que Felipe VI dejó claro tanto a ella como a su hermano Miguel que el palacio no es un hotel.
Irene Urdangarin está descontrolada, no quiere continuar en Reino Unido
La hija de Iñaki Urdangarin empezó a salir constantemente por las noches en Madrid, la mayoría de las veces acompañada de su prima Victoria Federica, uno de los mayores temores de la infanta Cristina. Le enseñó los lugares de moda de la capital y allí se enamoró de Juan Urquijo, su madre tenía claro que no se iba a centrar en los estudios. De hecho, en el último mes han tenido muchas discusiones porque Irene tiene serias intenciones de abandonar su formación universitaria en Oxford.
La infanta Cristina está preocupada porque Irene Urdangarin no obedece, se ha vuelto demasiado rebelde, ni tampoco estudia, ha suspendido varias asignaturas, y sale demasiado. Londres se la conoce como la palma de su mano, algunas veces llega algo achispada a casa, se lo comunica su hermano Juan. Sale con su otro hermano Miguel, ninguno de los dos está centrado y la infanta Cristina no puede más, pide a Juan Carlos I que actúe.