Tal y como recogíamos en ElNacional esta semana, la infanta Cristina se niega a aceptar las condiciones que ha impuesto Iñaki Urdangarin en el divorcio. Una posición que está demorando la firma y calentando al ex jugador de balonmano, dispuesto a tomar medidas desesperadas.

Recapitulemos. Urdangarin pidió 2 millones de euros y una pensión vitalicia de 25.000 euros mensuales en su separación de la infanta Cristina. Es el dinero que reclamó a cambio de guardar silencio sobre los secretos que conoce de Juan Carlos, de muchos de sus amigos millonarios y de algunos miembros de la casa real. Unas informaciones que habría plasmado en unas memorias por las que ya recibió una suculenta oferta.

Además, Urdangarin también reclamó poder disfrutar de algunas propiedades de la familia real, como la casa de Baqueira o el apartamento de Bidart. Y también disponer de seguridad privada las 24 horas del día.

Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina GTRES
Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina GTRES

La infanta Cristina frena el divorcio

En un principio, el rey  emérito le dijo a Cristina que aceptara las condiciones sin negociar, que él se haría cargo de los pagos. Y así las cosas, se esperaba que poco después del pasado 5 de junio se cerrara el divorcio definitivo. Ese día Irene, la hija pequeña de Cristina e Iñaki, cumplió 18 años, lo que daba luz verde a la pareja para firmar el papeleo en un notario sin necesidad de pasar por los tribunales, de donde podrían haberse filtrado informaciones sensibles.

Sin embargo, recientemente se ha filtrado que Cristina no estaría dispuesta a aceptar las condiciones mencionadas. No quiere pagarle la fiesta a Ainhoa Armentia. Y puede que ahora pague Juan Carlos, pero cuando este muera será Cristina la que tendrá que hacerse cargo de la pensión. Y no quiere verse en esa situación ni en pintura.

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia GTRES
Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia GTRES

Iñaki Urdangarin se pone nervioso

Así las cosas, la infanta ha decidido darse un periodo de reflexión y no tiene intenciones de mover ficha hasta pasado el verano. No es ella quien tiene prisa por firmar.

Pero esta tranquilidad de la infanta está poniendo de los nervios a Iñaki. Tanto es así que incluso está dispuesto a tomar medidas desesperadas  y revelar alguno de esos secretos que conoce. Y no de Juan Carlos precisamente, sino de Felipe.

Sin embargo, Cristina ya ha mandado un aviso a Iñaki mediante terceros. Más vale que no mueva un dedo o las represalias del rey pueden ser fulminantes. Si no quiere más problemas y quiere recibir algo en el divorcio, más vale que no mueva un dedo.