La infanta Cristina se enfrenta a uno de sus momentos más complicados. Aún siente dolor por la ruptura con Iñaki Urdangarin. Ella estaba muy enamorada, prueba de ello fue su actitud cuando les salpicó el caso Nóos y su todavía marido entró en prisión. Casa Real le hizo elegir entre la familia o el exduque y se quedó con el padre de su hijo renunciando a todos los privilegios de la corona. Pero el exjugador de balonmano se ha cansado de pertenecer a la familia real. Ya no quiere tener ningún lazo. Son los únicos que han dañado su imagen, pagó por todos sus errores, pero también por los de Juan Carlos I, Felipe o su propia esposa, todos eran conocedores del entramado.
La hermana de Felipe descubrió la infidelidad de su marido por la prensa, como el resto de mortales. Iñaki Urdangarin vivía en Guipúzcoa desde que salió de prisión, con su madre, la infanta se quedó en Ginebra con su hija pequeña. Las visitas eran esporádicas. Un día el exjugador apareció dando un paseo de la mano de una mujer con melena rubia, no era Cristina, sino Ainhoa Armentia, su actual pareja. Toda una humillación.
Y aunque él ha sido infiel a su mujer, le pide importantes cláusulas en el divorcio para garantizar su silencio. Juan Carlos I le ha recomendado que atienda a todas sus peticiones, él se hará cargo de la mayoría. La infanta Cristina tiene un sueldo de 400.000 euros anuales. Por un lado, se le pagaría un sueldo vitalicio de 25.000 euros mensuales, una indemnización de dos millones de euros y varias propiedades en la costa francesa. Además, se le mantendrían sus escoltas y se le financiarían todos los viajes relacionados con sus hijos.
El radical cambio de imagen de la infanta Cristina
Este fin de semana, mientras Felipe y Letizia se encontraban en la coronación de Carlos III, la infanta Cristina se dejaba ver en la boda de unos buenos amigos, el hijo de su compañera de pupitre se casaba en Toledo. Se mostró radiante y feliz, aunque con un notable cambio de imagen. Según publica 'Lecturas', la infanta Cristina se ha operado de cataratas y presbicia en la clínica Teknon, la misma donde dio a luz a sus 4 hijos, ya que "quiere dejar atrás su peor época, la de una mujer solitaria, con mascarilla y gafas de lectura”.
Según la publicación, esta decisión la habría tomado después de verse en unas fotografías que publicó en exclusiva ‘Hola’, donde aparecía sentada en el aeropuerto leyendo el teléfono móvil con gafas. Se le veía una cara cansada y poco feliz
Hace unos meses, justo después de separarse de Iñaki, ya pasaba por quirófano para quitarse la verruga tan característica que tenía cerca de la nariz.
Con estos cambios progresivos, la infanta Cristina quiere decir adiós a un pasado donde no fue tan feliz. Ahora que Iñaki ha rehecho su vida, le toca a ella ser feliz, y se gusta mucho más.