Desde que Irene Urdangarin no vive en Ginebra, Cristina de Borbón visita más a menudo España. Sus hijos están prácticamente todos entre Madrid y Barcelona, ya que la benjamina de la familia también piensa instalarse en la capital, por ahora en Zarzuela con su abuela, la reina Sofía. Además, no hay que olvidar que aunque trabaje a distancia, la infanta continúa vinculada a la capital catalana. Muchas veces vienen por reuniones, aunque también para almorzar o cenar con su grupo de amigos y ponerse al día. Siempre se aloja en las suites AC Victoria Hotel. En la burguesía catalana la conocen muy bien. Se mueve por círculos muy selectos.
Aunque no hay nada confirmado, nunca se la ha visto en actitud cariñosa con ningún hombre, siempre se la ha vinculado a un atractivo empresario catalán. Por ahora, la infanta Cristina sigue los pasos de su hermana Elena y continúa soltera. Se desconoce si algún día decidirá rehacer su vida sentimental, por lo menos de forma pública. Hace ya dos años que se ha separado de Iñaki Urdangarin oficialmente y tan solo unos meses desde que se divorció después de una incansable batalla legal.
La infanta Cristina estuvo enamorada de Jesús Rollán
Ahora que vuelve a estar soltera y se ve con hombres, Casa Real ha aumentado la vigilancia y es que no quieren que suceda algo similar a su historia de amor con Jesús Rollán. La infanta siempre ha tendido a enamorarse de la persona equivocada. Francisco Ávila y Alberto Martínez escribían un libro dedicado al deportista, “Jesús Rollán: Eterno”, donde relatan con todo lujo de detalles la relación del waterpolista con la hija de Juan Carlos.
La infanta Cristina estaba muy enamorado de Jesús Rollán, casi más que de Iñaki Urdangarin. "Ella se había enamorado de Rollán, aunque finalmente la cosa no cuajó porque él tenía novia y nunca le dio el sí que ella anhelaba. Del amor, pues, pasaron a una amistad que parecía inquebrantable y que sirvió para que la hija de los reyes eméritos conociera al amor de su vida, el hombre que ha sido su marido durante casi 25 años". Continuó el contacto con ella y es que era muy amigo de la pareja, aunque se enfadó cuando no le invitaron a la boda.
“Desde el primer momento existió una gran afinidad entre Rollán y Cristina, dado el magnetismo del portero y su poder de seducción”, escriben los autores del libro, pero a Casa Real no les gustaba su carácter gamberro, no era una buena amistad para Cristina. “Una noche, por la Diagonal, el portero viajaba con Cristina en su coche; Jesús, para perder de vista a los escoltas, se saltó un par de semáforos en rojo, por lo que los guardas de seguridad de la infanta tuvieron que llamar a Cristina para que advirtiese a Jesús de que no volviera a hacerlo".