En los últimos años, la infanta Cristina ha pasado una considerable cantidad de tiempo en España, motivada por la necesidad de estar cerca de su familia. Las visitas a su hija Irene en Zarzuela, el cuidado de su madre, la reina emérita Sofía, y la atención a su tía Irene de Grecia, cuya salud es cada vez más delicada, han sido algunas de las razones principales de su presencia constante en su país natal.
A esto se suma su deseo de acompañar a su hijo Pablo en algunos de sus partidos de balonmano, la necesidad de resolver cuestiones vinculadas a su divorcio de Iñaki Urdangarin, o la lesión que un accidente mientras se formaba para ser monitor de esquí, se instaló en Zarzuela para recuperarse.
La infanta Cristina se planteó quedarse a vivir en España
Este prolongado tiempo en España llevó a la infanta a considerar seriamente la posibilidad de mudarse de forma permanente a Madrid. La idea de estar más cerca de su familia, especialmente de su madre y sus hijos, quienes ahora residen todos en España, hizo que Cristina evaluara la opción de fijar su residencia en la capital. Este plan cobró aún más fuerza cuando su hija Irene decidió tomar un año sabático en Madrid y tras el accidente de Miguel.
La posibilidad de que la infanta se trasladara a Madrid también incluía la ventaja de poder mantener su empleo actual. Cristina trabaja para la Fundación Aga Khan, una organización que le permite realizar teletrabajo, lo que significa que podría seguir desempeñando sus funciones desde cualquier lugar del mundo, manteniendo su sueldo anual de 400.000 euros. Este ingreso, que según la periodista Pilar Eyre sería considerable, parecía ofrecerle la flexibilidad necesaria para considerar seriamente la mudanza.
Le interesa mantener su domicilio en Ginebra
Sin embargo, a pesar de las ventajas y de la aparente lógica detrás de la idea, la infanta Cristina ha rechazado cualquier posibilidad de establecerse en Madrid. Su decisión está motivada por varias razones, pero una de las principales es su deseo de mantener su residencia en Ginebra, Suiza. Desde allí, no solo puede evitar el fisco español, sino que también se encuentra en una posición estratégica para manejar la futura herencia de su padre, el rey emérito Juan Carlos I, sin tener que tributar en España.
Además, está previsto que Irene se vaya a estudiar al Reino Unido este curso, que es quien más le preocupa de sus cuatro hijos. Pablo está cada vez mejor en el BM Granollers. Juan ahora vive en Zarzuela, pero lleva años buscándose la vida y apuntan algunas fuentes que recuperará su vida en Londres. Mientras que Miguel está cada vez mejor y también podría retomar su vida fuera de España en un futuro cercano.