Es de sobras conocido que uno de los nombres que más daño ha hecho a la casa real española en los últimos años ha sido de Iñaki Urdangarin.

En este caso no deja de ser curioso como una persona que había ayudado a modernizar a la institución y que muchos hablaban de él como el yerno perfecto para Juan Carlos y para Sofía ha acabado siendo uno de sus principales motivos de preocupación, entre otras cosas porque todos los líos judiciales que tuvo el ya ex marido de la infanta Cristina le obligaron a acabar pasando por la cárcel, algo impensable cuando el ex jugador de balonmano se casó con la infanta hace ya muchos años.

Precisamente todos los problemas judiciales y legales que tuvo Urdangarin provocaron que su entonces mujer, la infanta Cristina, se volcara con él, algo que provocó un evidente distanciamiento con el ahora rey Felipe, que tenía muy claro que debía alejarse de una figura tan polémica como Urdangarin para intentar no dañar tanto a la institución.

La infanta Cristina quería recuperar su relación

Sin embargo, con el paso de los años la relación entre Iñaki y Cristina se fue deteriorando hasta tal punto que, seguramente sin que la infanta se lo hubiese imaginado nunca, no fuera otro que el propio Urdangarin en el que decidiera empezar una nueva relación con Ainhoa Armentia, una relación de la que por cierto la infanta Cristina se enteró por las famosas fotos en la prensa rosa.

Eso sí, parece ser que durante mucho tiempo, por mucho que la infanta Cristina supiera que Iñaki había empezado una nueva relación con Ainhoa y que estaba enamorado de su nueva pareja, intentó recuperar la relación con su a un marido, de ahí que de vez en cuando tuvieran algunos encuentros en el apartamento de Barcelona para intentar reconducir la situación.

Iñaki Urdangarin y Cristina efe
Iñaki Urdangarin y Cristina efe

Sin embargo, Iñaki ya no estaba por la labor y, de hecho, le dejó muy claro a su aún mujer que quería el divorcio y que iba a jugar muy bien sus cartas el proceso de negociación de las cláusulas del divorcio para acabar sacando mucho dinero y pagar así su silencio.

Un divorcio que se firmó hace ya unos meses y que no hizo otra cosa que confirmar que, por mucho que la infanta Cristina estuviera dispuesta a perdonar muchas de las cosas que había hecho Urdangarin, Iñaki tenía muy claro que su vida ya había tomado otro camino.