Toda la familia está muy preocupada con el estado de salud de la reina Sofía, aunque es cierto que la infanta Cristina siempre ha sido mucho más de su madre y se preocupa mucho por ella. La mayoría de sus viajes a Madrid son para verla a ella. Últimamente las noticias sobre la emérita no han sido buenas. Según personas de su entorno, la mujer de Juan Carlos I está muy triste por los últimos acontecimientos, incluso se llega a hablar de una supuesta depresión.
En los últimos dos años, la reina Sofía se ha enfrentado a episodios muy complicados en su vida. Se tuvo que despedir casi por sorpresa de su hermano Constantino de Grecia, tras sufrir un derrame cerebral. Unos meses más tarde se confirmó un secreto a voces, Irene de Grecia, su otra hermana, padecía Alzheimer. Ya ni tan siquiera la recuerda cuando le mira a los ojos. En sus últimas apariciones se la ha visto muy desmejorada, con el rostro demacrado, la mirada perdida y en silla de ruedas. Además, también se ha tenido que despedir de dos sobrinos, hijos de la hermana de Juan Carlos I, y varios amigos.
La reina Sofía vive encerrada en el palacio de la Zarzuela, completamente sola. Recibe la visita de Felipe VI por las noches y poco más. La infanta Cristina la ha visto muy triste y ha querido que se distraiga. Vivir al lado de su hermana Irene en su estado no le hace bien, siempre rodeada de médicos y enfermeros. Por este motivo, la hermana del monarca la fue a buscar con permiso de los reyes y se la llevó hasta Guadalajara para reencontrarse con Pablo Urdangarin. Madre e hija disfrutaron juntas de un partido de balonmano del joven con su equipo. Aprovechando que jugaba a pocos minutos en coche de Madrid, ha querido pasar un rato todos juntos. Este sábado jugó en el polideportivo David Santamaría de Guadalajara.
La reina Sofía volvió a sonreír con esta sorpresa de la infanta Cristina
Tal y como muestran las imágenes, la madre y hermana del rey Felipe VI se lo pasaron en grande desde las gradas dándole aliento y ánimos con aplausos y dedicándole diversos gestos de cariño como sonrisas y besos al aire. El joven se sintió muy arropado por su madre y su abuela, que esta última fue toda una sorpresa, la infanta Cristina no le contó nada.
Madre e hija estuvieron viendo el partido sin perder detalle acompañadas por Alejandro Ortiz y Alberto Quemada, presidente y vicepresidente del Impulso BM.
Pablo Urdangarin también fardó de abuela y la presentó a sus compañeros de equipo, estuvo un rato hablando con ellos mientras él se despedía de su madre. Por fin vimos de nuevo a la emérita esbozar una sonrisa. Necesita la calidez de los suyos, especialmente de sus nietos, por los que siente especial devoción. Su sueño continúa siendo reunirse con los ocho nietos alrededor de una mesa.