La infanta Cristina se encuentra muy sola en Ginebra desde que Irene Urdangarin cambió sus planes y decidió abandonar Suiza para volver a España e instalarse en Zarzuela. La joven tenía intenciones de estudiar Administración y Dirección Hotelera en la prestigiosa universidad de Lausana, pero al no superar las pruebas de acceso tuvo que pensar en un plan B. Este mes de septiembre se ha instalado junto a su hermano Juan en Reino Unido, donde permanecerá los próximos cuatro años. La hija de la reina Sofía ha visitado Madrid en varias ocasiones con motivo de la presencia de sus hijos en Zarzuela, y se ha quedado varias noches, como si fuese un hotel, algo que ha molestado bastante a Felipe y Letizia, especialmente a ésta última.
Cristina y Letizia no tienen una buena relación, aunque la infanta siempre le tendió una mano cuando llegó a la familia. Ella también se casó con un plebeyo y una persona reconocida y entendió perfectamente a Felipe VI. En los últimos meses parece que los hermanos han hecho las paces y se han dejado ver juntos en público. Desde que a la infanta le salpicó el caso Nóos y se apartó de la corona, Letizia nunca había dejado que se produjesen esos encuentros. La reina siempre ha velado por la institución y el futuro de su reinado y el de su hija Leonor.
Letizia aparta a la infanta Cristina de la familia
Aún ese acercamiento, la infanta Cristina siempre debe marcharse cuando coincide con Letizia. La reina no quiere a su cuñada en casa. Este verano, los reyes llegaron de imprevisto a Marivent, en Palma de Mallorca, y se encontraron por sorpresa con la madre de Juan, Pablo, Miguel e Irene, que no había comunicado su presencia, tampoco tenía mucho interés. Estaba pasando unos días con la reina Sofía y su hermana Irene de Grecia. Solo coincidieron 30 minutos, se cree que la reina la echó de malas formas.
Lo mismo que habría sucedido este mes de septiembre. El pasado fin de semana Letizia celebraba su 52 aniversario en Zarzuela en un almuerzo íntimo y privado en el que recibió la visita sorpresa de la princesa Leonor, que pidió permiso en la Escuela Naval de Marín. La reina invitó a un grupo de amigas y amigos, y la infanta Cristina tuvo que marcharse para no enfadar a su cuñada. No quería que la viesen por ahí ni se relacionasen con ella.