Cristina de Borbón no puso las cosas fáciles a Iñaki Urdangarin en el divorcio. La infanta no quería divorciarse porque aún pensaba que podría recuperar al amor de su vida. A pesar de descubrir la infidelidad y sentirse traicionada y humillada, la hija de la reina Sofía y Juan Carlos pensaba que sería un capricho pasajero y volvería a sus brazos, pensaba en una reconciliación. Desde que el exjugador de balonmano entró en prisión surgieron los primeros problemas en el matrimonio, pero siempre creyó que podrían ponerles solución. Tenían una relación consolidada de más de dos décadas juntos y cuatro hijos en común, no podían tirar su historia por la borda. Iñaki Urdangarin no pensó igual.
El exduque de Palma está muy enamorado de Ainhoa Armentia como ha demostrado en estos dos últimos años de relación. La pareja está más consolidada y enamorada. Tras firmar el divorcio el pasado mes de diciembre, los tortolitos han podido iniciar una vida en común sin barreras. Por fin viven juntos en la misma casa con los hijos adolescentes de ella. El exjugador de balonmano ha dejado a su madre en su casa pero la visita todos los días. Han alquilado una casa en una lujosa urbanización con opción a compra, y es que ahora a Iñaki le va a sobrar el dinero después de pedir a sus amigos para pagarse los cafés.
Iñaki Urdangarin no pensaba volver con Cristina, su matrimonio estaba roto desde hace años
Los rumores de los últimos meses adjudican una nueva boda a Iñaki Urdangarin. El exduque de Palma tiene serias intenciones de casarse con Ainhoa Armentia para formalizar su relación, pero esta vez por lo civil, una boda más sencilla, con menos invitados, un puro trámite, pero un motivo de celebración.
La infanta Cristina no quiere que Iñaki se case con Ainhoa Armentia, de hecho no es la típica pareja que le desea al otro que sea muy feliz, sino todo lo contrario. Quiere que rompan su relación. En esa hipotética boda si se celebrase en la actualidad es probable que no apareciese ninguno de los cuatro hijos del exduque. Pablo, Juan, Miguel e Irene no han compartido ni un solo plan con la abogada. El único que conoce a la pareja de su padre es Pablo y porque se la presentó a traición. Ninguno de los hijos del extinto matrimonio quiere conocer por ahora a Ainhoa para no hacer daño a su madre, que no lo está pasando nada bien con el divorcio. Saben que ella estaba muy enamorada, la han visto llorar y eso es algo que no perdonan a su padre. Por este motivo, a Iñaki y Ainhoa todavía les quedan más obstáculos que superar antes de casarse.