La relación entre Felipe y sus hermanas no ha mejorado nada en los últimos años, al contrario, ha empeorado. Y según ellas, la culpa de todo sería Letizia. La reina es una mujer fría y calculadora, demasiado controladora. Es ella quien toma las riendas de la monarquía. Manda y el rey ejecuta. Sabe perfectamente que su hermano pequeña nunca hubiese querido hacer daño a sus padres, no sería capaz de humillarles en público, y en esta última década, especialmente Juan Carlos ha sufrido constantemente humillaciones.No se lo piensan perdonar nunca. No por lo menos si ceden a su chantaje.
Con el cumpleaños de Leonor, Elena y Cristina han hecho un intento de acercarse a Felipe VI, aunque sin suerte. Las infantas le han pedido a su hermano que sea él quien tome las decisiones respecto a sus padres, y no Letizia, que realmente no pinta nada en su familia. Sabe que el rey no hubiese exiliado nunca a Juan Carlos, de hecho, desea traerlo de nuevo a España. También saben que nunca jubilaría a la reina Sofía si no es su expreso deseo. La reina está haciendo todo lo posible para borrar el apellido Borbón de la corona para siempre. Si no corta en seco con ella, no hay paz. Cristina y Elena se retiran del juego y se posicionan a favor de sus padres.
Las infantas han hecho todo lo posible por recuperar su vínculo con su hermano, especialmente porque la reina Sofía es demasiado mayor y saben que no les gustaría que le pasara algo malo con la familia rota. Los últimos cumpleaños han servido para mostrar un acercamiento.
Las infantas perdonarían a Felipe si ordena a Letizia
La última vez que se reunieron todos juntos fue en el 80 aniversario de la reina Sofía, en aquel momento Juan Carlos todavía residía en Zarzuela. La relación de la familia se rompió cuando Juan Carlos cometió graves errores y fue descubierto. También salpicó a Iñaki Urdangarin, el todavía marido de la infanta Cristina. Se le ofreció a la madre de Pablo, Juan, Miguel e Irene, posicionarse al lado de la corona y sacrificar su matrimonio, pero no quiso. Tuvo que renunciar al título de duquesa de Palma una vez que se sentó el banquillo de los acusados. "Después de una larga y dolorosa reflexión he llegado a la conclusión que debo manifestar a Su Majestad mi voluntad de renuncia al título, evitando así cualquier polémica que por razón de ello pudiera plantearse en la ciudad de Palma", decía el comunicado de la infanta Cristina.
A partir de ese momento nada volvió a ser igual, y es que Cristina no tolera el trato de Felipe a sus padres. Como rey el objetivo de Felipe es salvaguardar la imagen de la monarquía española. Sus obligaciones institucionales están por encima de su familia, así lo juró en la Constitución como ahora ha hecho Leonor.