Tras divorciarse de Iñaki Urdangarin, se avecinan importantes cambios en la vida de Cristina de Borbón. La infanta ha vivido los dos años más duros de su vida, incluso más que las acusaciones del caso Nóos y el ingreso del padre de sus hijos en prisión. Ella estaba muy enamorada del exjugador de balonmano y le dolió mucho descubrir la infidelidad. Se sintió engañada y traicionada, además aún tenía esperanzas de recuperarle y que hubiese sido un romance pasajero. Ahora que la historia ha puesto punto y final es momento de empezar de cero, pero no lo hará sola. La hermana de Felipe contará con el apoyo de Juan Carlos I.
El emérito ha cumplido 86 años y se encuentra delicado de salud, especialmente por sus problemas de movilidad. Viajar de Abu Dabi a España se hacía insostenible para él, y sus viajes cada vez son más frecuentes, más desde la pérdida de poder de Letizia. Padre e hijo han hablado sobre la posibilidad de instalarse próximamente en España, concretamente en Sanxenxo, pero también de instalar las bases más cercanas. Ahora vive en Ginebra, cerca de su hija. De esta forma puede estar controlado diariamente por alguien de la familia, su patrimonio no pasa por la Hacienda Pública, y puede regresar con mayor comodidad y facilidad a España si pasase cualquier cosa.
La infanta Cristina se muda de casa con la llegada de Juan Carlos
La infanta Cristina se ha mudado hace unos meses a una casa mucho más grande y privada, alejada del casco histórico de Ginebra, aunque no muy lejos. “No quiere que se sepa dónde viven, algo lógico, porque no quiere que la prensa o los desconocidos les persigan -nos dicen desde su entorno-. Se mudaron hace un tiempo, cansados de tener siempre a gente en la puerta”. La casa se encuentra situada cerca del hospital universitario.
Las calles de la zona son mucho más amplias, con más vegetación y protegidas de curiosos. Pero aunque ya no esté tan céntrica continúa contando con todas las comodidades. Necesitaba también un domicilio más grande para alojar a su madre o a su padre en sus visitas cada vez más constantes, así como a sus hijos, que también suelen aparecer con regularidad.
Quiere estar lo más cerca posible de Juan Carlos I, incluso como ya hizo su hermana Elena, ofreció su casa para vivir con él. A día de hoy la infanta Cristina no piensa en rehacer su vida con ningún otro hombre, ha salido demasiado escarmentada, aunque el tiempo será testigo.