Maica Vasco sostiene que el matrimonio entre Felipe y Letizia es una farsa desde sus inicios. No solo se refiere a los rumores recientes de infidelidad de la reina con Jaime del Burgo, sino desde el primer momento en que ambos se conocieron. Según Vasco, el entonces príncipe Felipe buscaba una mujer ambiciosa dispuesta a casarse con él a cambio de beneficios económicos y ciertos privilegios. Letizia, presentadora de informativos en ese momento, parecía la candidata perfecta porque haría cualquier cosa por convertirse en la mujer más poderosa de España, incluso fingir una relación amorosa. Además, ella podría seguir con su vida sin interferencias externas.
Esta estrategia no es exclusiva de Felipe y Letizia. La infanta Cristina vivió una situación similar cuando se enamoró perdidamente de Iñaki Urdangarin hace tres décadas. Urdangarin, entonces jugador de balonmano del FC Barcelona, mantenía una relación con Carmen Camí, pero comenzó a verse en secreto con la hija del rey Juan Carlos. Urdangarin, indeciso entre las dos mujeres, valoraba el amor que sentía por Carmen, pero la posibilidad de una vida junto a una miembro de la realeza era una oportunidad única.
Se enamoraban de la infanta Cristina por ser una Borbón
Iñaki Urdangarin, consciente de su atractivo físico y su fama como deportista destacado, sabía que podía conquistar a cualquier mujer que deseara. Sin embargo, según Maica Vasco, nunca amó realmente a Cristina de Borbón, y solo se aprovechó de la situación. Esta falta de amor se reflejó en su infidelidad con Ainhoa Armentia, ya que Urdangarin sabía que un divorcio de la infanta podría ser aún más beneficioso para él, como ha demostrado el tiempo. Vasco compara a Iñaki con Letizia, describiéndolos como ejemplos de inteligencia astuta y calculadora. De hecho, Vasco se declara admiradora de Iñaki, afirmando que hay inteligencias deslumbrantes.
Urdangarin no rompió su relación con Carmen Camí hasta que Juan Carlos y Sofía lo aceptaron. "Su ingenio le permitió atrapar a la infanta Cristina, pero no previó que casarse con ella implicaba renunciar a su carrera como jugador de balonmano", comenta Vasco. Iñaki deseaba continuar su carrera deportiva, y la infanta Cristina, acostumbrada a ser tratada sin el debido respeto, insistió ante su padre en que Urdangarin debía seguir jugando al balonmano. Como resultado, los escoltas reales acompañaban a Urdangarin a todos sus partidos.
Este relato de Maica Vasco pone en evidencia cómo las relaciones dentro de la familia real pueden estar motivadas por intereses personales y económicos, en lugar de por amor genuino, pintando un panorama de ambición y conveniencia.