Muchos han tachado a la infanta Cristina de la oveja negra de la familia real. Desde que estallara el caso Nóos y saliera a la luz la implicación de su marido, Iñaki Urdangarin, el rey Felipe le dio la espalda y le apartó completamente. Sin agenda oficial, ni ducado y sin poder asistir a las comidas familiares. Y todo eso teniendo que irse a Suiza para hacer una vida completamente aislada de la Casa Real...

Pues bien, a sólo unas semanas de que el juez dicte la sentencia final y decida si Urdangarin entra en la prisión o no, la infanta ha decidido coger un avión y dejar atrás tanta presión. Aquí en España sólo se habla del polémico vídeo de la reina Letizia haciéndole un evidente desprecio a Sofía, pero parece que a Cristina eso no le importa demasiado. Es de las pocas que no se han pronunciado y todo apunta a que no lo hará. Ella no es bien recibida, pues que arreglen la situación ellos solitos.

Mientras tanto ha optado por ir a Mozambique, un refugio en el que ya se ha escapado en varias ocasiones. Allí se ha alojado en un hotel de cinco estrellas de los mejores considerados del país, con unas suites espectaculares y unas piscinas inmensas. La habitación más sencilla cuesta 200 €, pero los precios llegan a los 800 € por noche. Un capricho que se habría permitido Cristina ya que tenía que viajar al país por motivos de trabajo, según Vanitatis.

Hotel Polona Serena

La sorpresa ha sido mayúscula y es que al llegar han hecho las delicias de la infanta al tratarle de alteza real. Un trato que hace mucho que aquí no recibe, con lo que se entiende que le guste tanto ir. El mismo hotel ha hecho un tuit con cuatro fotografías mostrando su llegada y asegurando que es "un privilegio" recibir en "a su alteza real", la infanta Cristina de España.

"Es un privilegio alojar a la alteza real, la infanta Cristina de España, al hotel Polana Serena. En nombre del hotel, nuestro mánager general la ha ofrecido una pieza de artes de Mozambique única en homenaje a su llegada"

Un viaje que no ha estado nada mal, parece ser.