Cuando estalló el caso Nóos, los Urdangarin se trasladaron a Washington y posteriormente a Ginebra, donde reside en la actualidad la infanta Cristina. Al cumplir la mayoría de edad, todos sus hijos fueron volando del nido. Su única esperanza era Irene Urdangarin. Según sus planes, la benjamina de la familia iba a acompañarla, mínimo, cuatro años más, ya que sus intenciones pasaban por estudiar la carrera de Administración y Dirección Hotelera en la prestigiosa universidad de Lausana, Suiza, a pocos kilómetros de la casa de su madre. Sin embargo, no superó las pruebas de acceso y a duras penas consigue aprobar el bachillerato internacional, así que decidió cambiar el rumbo de su vida. Se marchó a vivir a Madrid, concretamente a Zarzuela.
Hace unos meses, Miguel Urdangarin se lesionó en un curso para ser entrenador de esquí y tuvo que ser intervenido de urgencia. Su idea inicial era quedarse a vivir todo el año con su madre y de esta forma hacerle compañía en Ginebra, pero también prefirió quedarse con su hermana Irene en Zarzuela. Pablo Urdangarin continúa en Barcelona, mientras que Juan está en Londres. Ninguno de los cuatro tiene intenciones de volver a Ginebra porque su vida ya está encarrilada.
La infanta Cristina viaja constantemente a Barcelona y Madrid, pero no abandona Ginebra
La infanta Cristina se ha quedado sola, pero su trabajo en la fundación La Caixa le permite poder trabajar desde donde ella prefiera, además, por motivos labores debe viajar mucho a Barcelona y Madrid, momentos que aprovecha para estar con los suyos. Este verano planea quedarse entre Zarzuela y Marivent para pasar unas semanas con su hermana Elena, sus hijos y sus sobrinos. Además de su madre, la reina Sofía.
Sin embargo, a día de hoy no tiene planeado abandonar su casa de Ginebra. Hace unos años, para apartarse más del foco mediático, decidió dejar su dúplex de 12 habitaciones en el centro histórico para mudarse a las afueras a una casa con jardín donde podría pagar perfectamente unos 10.000 euros de alquiler al mes.
En Ginebra, Cristina ha encontrado la privacidad y tranquilidad que tanto ansiaba. Se encuentra muy bien y no está tan sola como parece. Muchas amigas la visitan habitualmente, y algún amigo muy especial. Por ahora, la infanta no ha querido hacer pública ninguna nueva relación, no es el momento. Pero a diferencia de la infanta Elena su corazón está abierto a otras personas. Está dispuesta a enamorarse y ha conocido a varios chicos en estos dos años. No hará oficial ninguna relación hasta que sea el momento. Este empresario catalán del que tanto se habla la visita muy a menudo en Ginebra, hasta el punto que se podría decir que vive en pareja desde la salida de Irene Urdangarin.