La infanta Cristina se ha enfrentado a los años más complicados de su vida. Ella tenía un vida feliz, o por lo menos quería aparentar o creerse que así era, pero la realidad era muy distinta. Estaba muy enamorada de Iñaki Urdangarin. De hecho, sacrificó a su familia por él cuando estalló el caso Nóos, no quiso divorciarse. Aparentemente eran un matrimonio unido y sin fisuras, pero hace años que ya no estaban unidos. Supuestamente el exjugador de balonmano se veía con otras mujeres como apareció en unos mensajes en los que se escribía con otra. Parece que Cristina era conocedora de ello, pero con tal salvar su relación y su familia era capaz de todo.

portada 3644 infanta cristina de borbon e inaki urdangarin 6c872cbf 638x842
portada 3644 infanta cristina de borbon e inaki urdangarin 6c872cbf 638x842

Todo sonó extraño cuando Iñaki salió de prisión, se instaló en Vitoria y Cristina no abandonó Ginebra para instalarse a su lado, ni tan siquiera le visitó en la cárcel en los últimos años. El exjugador de balonmano tenía claro que su historia con la madre de sus hijos había llegado a su fin, pero ella se resistía a creerlo. Iñaki empezó una relación con una compañera de trabajo con quien se dejó fotografiar con total naturalidad dando un paseo por la playa de Biarritz. La infanta Cristina se sintió humillada y traicionada por una infidelidad que ya conocía. Ella siempre confió en que volvería a ser un capricho pasajero y volvería a sus brazos, pero en esta ocasión eso no ha sucedido y se ha dado de cruces con la realidad.

La infanta Cristina no acepta la realidad 

La infanta Cristina estuvo tan enamorada que ni tan siquiera era capaz de desprenderse del anillo de casada. Aunque el divorcio ya era oficial, en más de una ocasión se la vio llevando aún el anillo de matrimonio, un detalle que no pasó desapercibido ni para la prensa ni para su entorno. Y es que, pese a todo, Urdangarin y ella siempre estarán ligados por los cuatro hijos que comparten.

A pesar de proyectar una imagen de calma y entereza ante las cámaras, la realidad que vive Cristina de Borbón dista mucho de ser tranquila. Personas cercanas a ella afirman que sigue atravesando una profunda tristeza. Aunque ha tenido la oportunidad de relacionarse con otros hombres, no ha vuelto a enamorarse. Su corazón y su mente permanecen atados al pasado, incapaces de dejar atrás a quien fue su compañero de vida durante tantos años.

A la infanta Cristina aún le hace mucho daño ver a Iñaki feliz con otra mujer. Cada vez que aparece una fotografía se encierra en su habitación y llora desconsoladamente. Sus propios hijos le recomendaron que se pusiese en manos de psicólogos para aprender a dejar ir a Iñaki y empezar una nueva vida. No querían verla llorar, no era justo. Han sido dos años de tratamiento en una clínica privada de Ginebra con los mejores psicólogos y psiquiatras muy duros. De hecho, aún continúa yendo a terapia porque se resiste a abandonar.

Infanta Cristina / EFE
Infanta Cristina / EFE