Aunque Felipe VI recomendó a Juan Carlos anular la visita a España, el emérito ha desobedecido sus órdenes porque ya no pesa ningún cargo sobre él y no ve la necesidad de esconderse, puede venir a su país siempre que quiera. Además, sabe que de esta forma consigue hacer daño a Letizia, la que considera culpable de todos sus males. Esta es la tercera visita del año del exmonarca, cada vez más frecuentes. Ha vuelto a Sanxenxo para participar en las regatas que se anularon el mes pasado por las condiciones climatológicas. Nuevamente se ha alojado en la casa de su íntimo amigo Pedro Campos y en esta ocasión ha estado vigilado por la infanta Elena. La más borbónica de la familia ha querido tenderle una mano en estos momentos en los que la familia está totalmente fracturada. Ha discutido en más de una ocasión con su hermano por las humillaciones constantes que recibe su padre por parte de la corona.

Juan Carlos y Elena en las regatas EFE
Juan Carlos y Elena en las regatas EFE

La infanta Elena es el apoyo más importante de Juan Carlos. De hecho, ha ofrecido su casa de Madrid para que éste viva en ella. La habría adaptado para una silla de ruedas. Por ahora el emérito continúa en Abu Dabi donde su régimen fiscal beneficia a su patrimonio de más de 2.000 millones de euros, se aleja de la Hacienda Pública en España. .

Si volviese a vivir alguna vez en España tiene claro que no sería en Madrid. Los reyes no le quieren cerca, especialmente Letizia, y hay en algunas ciudades que no es bien recibido. En Sanxenxo está muy a gusto porque se le quiere mucho. Al menos eso dice él. Pero no es tan real como parece.

Juan Carlos navega con gritos de 'viva el rey' y 'ladrón' 

Son muchos los que han asistido a la aparición de Juan Carlos y la infanta Elena en el puerto. Algunos fanáticos y otros simplemente curiosos. La mayoría de ellos han vitoreado al emérito al grito de “viva el rey”, acompañados de aplausos. Pero en esta ocasión también se han escuchado otros que no han sido del agrado del exmonarca, y es que se podían entender con claridad, pero el padre de Felipe ha hecho oídos sordos. “Ladrón”, le gritaban fuertemente mientras lo acompañaba de pitidos. Mientras tanto, el exmonarca partía a navegar con su barco.

Esta visita es puramente de carácter privado. Juan Carlos se está entrenando para participar en Reino Unido en una competición. La vela es uno de sus deportes favoritos, aunque ahora debe practicarla acompañado. La infanta Elena ha estado en todo momento a su lado en otra embarcación.

Es la primera vez que escucha unos gritos en su contra en Sanxenxo. Generalmente toda la localidad le ha recibido siempre co los brazos abiertos.