La vida de la infanta Elena, a pesar de su discreto perfil público, ha estado marcada por episodios que han captado la atención de la opinión pública. Por ejemplo, el que salió a la luz sobre una adicción que ha tenido durante casi 30 años, desde que tenía poco másd e 20 años hasta después de divorciarse de Jaime de Marichalar, y que sacudió los cimientos de la familia real española: Elena era adicta a la teletienda.

Según informes de La Razón, la primogénita de Juan Carlos I y Sofía gastaba desmesuradamente en productos que prometían soluciones rápidas y fáciles para bajar de peso. Esta obsesión la llevó a dilapidar miles de euros en artículos que veía anunciados en la televisión, especialmente aquellos que ofrecían resultados adelgazantes instantáneos. “Era adicta a la teletienda y compraba casi todos los productos que veía anunciados. Generalmente mostraba un gran interés por aquellos que prometían bajar de peso rápidamente y de una manera fácil”, publicó el medio.

La infanta Elena tenía cómplices para dar rienda suelta a su  peligrosa adicción

Para mantener su hábito en secreto, la infanta Elena contaba con la complicidad de los hermanos Álvaro y Ricky Fuster. Estos dos amigos de la familia jugaban un papel crucial al recibir los paquetes con las compras de Elena en el domicilio de su madre, lejos de Palacio. De esta manera, lograban evitar que sus padres, los reyes eméritos, descubrieran la magnitud de su adicción y el dinero que gastaba en estos productos.

infanta Elena

Lo más sorprendente de esta historia es que, según 'Socialité', nadie en la Zarzuela sospechaba de las actividades nocturnas de la infanta Elena. Noche tras noche, repetía el ritual de comprar en la teletienda sin que nadie en la Casa Real se percatara de sus adquisiciones compulsivas. Incluso cuando comenzaron a acumularse en la casa de los Fuster, nadie conectó los puntos ni sospechó que algo así pudiera estar ocurriendo en el seno de la familia real española.

Lo que compraba la infanta Elena era peligroso para la salud

"Año 1990, Palacio de la Zarzuela, nadie tiene la más mínima sospecha de lo que ocurre cada noche. La adicción de Elena es... La teletienda. Elena repetía cada madrugada el mismo ritual, comprar casi todo lo que veía en la teletienda. Casi todo le gustaba pero su debilidad eran los productos adelgazantes. Para evitar que su familia se enterara y la metieran en una clínica de desintoxicación se buscó unos cómplices: los hermanos Fuster (amigos de la familia). Ellos eran las personas que recogían la mercancía comprada por Elena”, revelaron en el programa de Telecinco. “Enviaba los paquetes a casa de los hermanos Álvaro y Ricky Fuster, que se los guardaban allí para que los reyes eméritos no supieran en qué se gastaba el dinero”, concluían.

Infanta Elena GTRES

La adicción de la infanta Elena no solo era costosa sino también potencialmente peligrosa para su salud. Muchos de los productos que compraba prometían resultados milagrosos pero carecían de base científica, poniendo en riesgo su bienestar físico. A pesar de los posibles peligros, su obsesión la llevaba a centrarse exclusivamente en adquirir cada artículo que veía en la televisión, sin importarle las consecuencias.