La infanta Elena va camino de cumplir 60 años. Es la primogénita de Juan Carlos y Sofía y la persona que ahora mismo tendría que ser reina de España si la Constitución española no discriminara a las mujeres en la sucesión a la Corona. A los 58 años, divorciada, sin pareja, con los dos hijos mayores y asalvajados y sin actos oficiales, no es ni Familia Real. Su papel está desdibujadísimo. Zarzuela le reserva actos oficiales muy menores, como este: "Visita al municipio de Caravaca Doña Elena de Borbón, infanta de España, ha sido recibida por el alcalde en el Ayuntamiento, donde ha firmado en el libro de honor y saludado a concejales de la Corporación Municipal". Trepidante. Caravaca tiene siete mil habitantes. Muchos de ellos ni se han enterado de la visita. Han tenido que mirar al Instagram del ayuntamiento donde Elena sale con un cambio de look muy arriesgado: corte de pelo. Queda muy rara.
INFANTA ELENA ANTES
ALUMBRA A ELENA HOY:
El alcalde, del PP por si no había quedado claro, estaba satisfecho que una celebrity firmara el libro de visitas, probablemente lleno de páginas en blanco. Caravaca está en Murcia, no confundir con Aravaca, en Madrid. Es todavía más pequeño y lejano. Pero bien merece una visita de la hermana del rey. Quien no tiene trabajo peina a su gato. Y peinar será más fácil para la infanta con este nuevo corte, que revela la mala calidad del pelo real. Tiene una apariencia áspera como si nunca hubiera recibido un baño de vitaminas. Quien se ha fijado en Elena es la revista Vanity Fair.
Escribe la biblia del glamour:"La infanta Elena estrena look, un corte de pelo recto que lleva liso y por encima del hombro. Una renovada imagen con la que pasar el verano de manera más fresca y ligera y al mismo tiempo dar un toque juvenil a su peinado que lleva habitualmente más largo rizado. La hermana de Felipe VI está de visita en la localidad murciana donde ha sido recibida por distintos colectivos y autoridades locales y agasajada con algunos detalles, como las alpargatas que le ha entregado". Alpargatas de regalo y Elena estrenando un aire más juvenil, dice la revista con mucha generosidad. En otro momento del viaje ha visitado a unas monjas. Elena, con su look de sor, no ha desentonado.
La última foto, ante el altar, es muy significativa: Ha reunido a nueve feligreses y el cura. Todos con una cara de felicidad y orgullo que justifican por ellas solas la visita y el coste público de la visita. Si Elena es útil, que la utilicen. Y teniendo en cuenta que Letizia muta a menudo a golpe de bisturí o que la infanta Cristina se ha operado la verruga que la caracterizaba, el radical cambio de pelo es un mal menor.