Llegan tiempos malos para la familia real. Era un momento totalmente esperado, pero la vida se ve demasiado larga en el día a día, aunque muy corta cuando echas la mirada hacia atrás. Felipe VI y sus hermanas, las infantas Elena y Cristina, se enfrentan a un importante desafío, las avanzadas edades de su padre y la conocida como tía Pecu, que siempre ha sido como una segunda madre para ellos. Los tres son octogenarios, y en los últimos años ya han presentado alguno problemas de salud fruto de esa avanzada edad.
Felipe, Elena y Cristina se reunieron de urgencia para tomar una decisión firme al respecto de cada uno. Ahora mismo la que más preocupa es Irene de Grecia, pero es cierto que es la más controlada. Reside con la familia desde hace cinco décadas. Se quedó soltera y buscó apoyo en su hermana Sofía. Podría haber sido la mujer de Juan Carlos, pero su camino se torció. Unos meses más tarde del fallecimiento de Constantino de Grecia, se destapó la noticia de la enfermedad que padecía la hermana de la emérita, un nuevo golpe para ella. Casa Real nunca confirmó la enfermedad, pero las últimas apariciones de Irene dejan claro que esos rumores eran ciertos. La tía Pecu padece Alzheimer y la enfermedad está muy avanzada. En los últimos meses se la ha visto en silla de ruedas, con la mirada perdida y el rostro desmejorado. Ya no recuerda a nadie, son pocos los momentos de lucidez. Felipe y Letizia, muy comprometidos con la salud mental, han puesto un médico 24 horas disponible para Irene, también para la reina Sofía, y dispone de personal sanitario todos los días del año a todas horas.
Juan Carlos I acepta la dura realidad, el tratamiento no funciona
Pero no es el único problema en estos momentos para Felipe, Elena y Cristina. La madre de Victoria Federica y Froilán viaja muy a menudo a Abu Dabi para ver a su padre, con quien tiene una gran complicidad, y lógicamente también a su hijo, que desde hace casi dos años reside allí. También acompaña al emérito en sus visitas a España. Es la más cercana a él y la que más al corriente está de su estado de salud. Por ello, es quien ha comunicado a Felipe y Cristina que Juan Carlos no está bien.
El emérito hah sufrido un nuevo e importante golpe. Juan Carlos I se somete a tratamientos revolucionarios basados en la medicina regenerativa. Se trata de las células madre y las plaquetas en sangre para paliar esos dolores de cadera y rodillas. Siempre que llega a España pasa primero por su médico de confianza para someterse al tratamiento y mostrarse más fuerte ante las cámaras. Sin embargo, después de tantas veces estos tratamientos ya no tienen el mismo éxito.
El médico ha confirmado los peores presagios a sus hijos, Juan Carlos I no lo acepta, pero se quedará postrado sus últimos años de vida en una silla de ruedas.