Felipe VI no tiene pensado que Juan Carlos I vuelva a España a corto plazo. De hecho, puede ser que no vuelva nunca más, aunque no morirá solo ni fuera de su país. En el momento en que los médicos le avisen que debe ingresar y no hay nada más que hacer, el rey le trasladará de urgencia a un hospital madrileño, donde previsiblemente fallecerá. De esta forma no habrá que repatriar su cuerpo ni la corona quedará en ridículo. Se frenaría de esta forma el posible escándalo.
Juan Carlos I no está bien, la última semana ha hecho saltar todas las alarmas tras su ausencia en las regatas de Sanxenxo, una competición deportiva a la que nunca ha faltado. Estaba programada su visita y todo listo para su recibimiento, pero por una dolencia ha tenido que ausentarse. Su avión salió de Abu Dabi, pero no aterrizó en España, sino en Ginebra, donde se encuentra su hija Cristina y la pareja del emérito, Marta Gayá. Pero en esta ocasión no era una visita familiar ni de ocio, sino médica.

El estado de salud de Juan Carlos I preocupa gravemente
El emérito tenía una visita de urgencia para someterse a una pequeña intervención. Debía cambiarse las pilas del marcapasos, y ya que estaba en el hospital se reunió con sus traumatólogos para hablar de sus problemas de movilidad. Hace más de una década que los padece y ha sido intervenido en más de una decena de veces de las rodillas y la cadera, sin mucho éxito. En los últimos años se ha sometido a un tratamiento de medicina regenerativa basado en las células madre, pero a día de hoy tampoco tiene efecto. Padece una artrosis muy fuerte y su pierna izquierda ya está totalmente inmóvil.
La infanta Elena voló de urgencia para estar con él en esa pequeña intervención y recibir los otros resultados médicos. Sabía que a su padre no le iba a sentar nada bien, saber que se quedará para siempre en una silla de ruedas. Es su peor pesadilla. Los médicos creen que el emérito podría sufrir depresión a causa de esta noticia.
Las infantas no se separan de él, incluso el pasado miércoles, momento de la intervención, Felipe VI vació su agenda de cualquier compromiso institucional y se marchó de forma discreta a Suiza. Allí los tres hermanos debatieron sobre el futuro del marido de la reina Sofía. Hay que tomar una decisión temprana sobre el futuro de su progenitor. Las infantas quieren tenerlo en España, cerca.
