Poco a poco vamos conociendo de primera mano como es en las distancias cortas Elena de Borbón. La hija mayor de la reina Sofía es la más Borbón de toda la familia, fiel defensora del reinado de Juan Carlos I y monárquica hasta la médula, defensora de España. En su balcón todavía hondea la bandera de su país. En más de una ocasión ha discutido con Felipe VI por desavenencias relacionadas con su reinado y con sus padres. La madre de Victoria Federica y Froilán cree que se ha humillado a los eméritos de forma innecesaria, especialmente a su progenitor. El exilio ha sido una medida totalmente desmesurada.
Los que la conocen muy poco ven a una mujer malhumorada todo el tiempo, con un carácter muy agrio, siempre enfadada con los demás y consigo misma. Sin embargo, es totalmente diferente cuando uno está a su lado. Aunque no lo parezca, la infanta Elena tiene un sentido del humor brillante, es la más divertida de todos los hermanos Borbón, y una de las más marchosas. Le gusta mucho salir. Es fanática de los musicales que se estrenan en la Gran Vía madrileña, también frecuenta los locales de moda de la capital, y sitios en los que pueda dar rienda suelta a sus piernas. Es una apasionada del baile. Si no hubiese pertenecido a la corona le hubiese gustado dedicarse al baile y a la actuación. De adolescente realizaba clases de ballet y era muy buena, pero su sueño se vio truncado por la corona.
La infanta Elena debe dinero en algunas tiendas de lujo del barrio de Salamanca
La infanta Elena nunca tendrá problemas económicos, básicamente porque cobra 25.000 euros mensuales por su desconocido trabajo en la Fundación Mapfre, 300.000 euros anuales. Y sabemos que es una persona muy ahorradora y algo tacaña. Personas cercanas a ella aseguran que cuando han ido con Elena a algún restaurante nunca deja propina en señal de agradecimiento por el trato recibido. Y si hay que invitar o pagar ella es una de las que menos se ofrece cuando está con sus amigas.
Lo mismo sucede en las tiendas de lujo de la Milla de Oro de Madrid, por donde pasea habitualmente. El barrio de Salamanca es uno de los más frecuentes para la infanta Elena. En muchas de las tiendas de la zona la conocen, especialmente en las marcas más exclusivas. Hay mucha confianza y aseguran que es una buena cliente, aunque algo despistada. A veces deja ropa a deber o se la lleve para probársela y ya no se acuerda de devolverla o pagarla en ese momento hasta que vuelve otra vez a la tienda. En algunos establecimientos debe dinero, pero no por problemas económicos. Aún la esperan para saldar algunas cuentas, ser una Borbón no le exime de pagar en las tiendas.