Las dos Familias Reales siguen a tortas. La 'A' no soporta a la 'B', y viceversa. O lo que es lo mismo, Felipe y Letizia han extendido un cordón sanitario sobre Juan Carlos y sus adláteres, que en realidad son todos menos los inquilinos de Zarzuela, a excepción de una reina Sofía que moja de aquí y de allí sin un rumbo concreto. La tropa juancarlista la componen Elena, Cristina y los hijos de sus matrimonios malogrados, desde Froilán a Irene Urdangarin. Si es una cuestión de afecto hacia el abuelo entrañable y maltratado por el hijo y la nuera, o si alguien tiene en su punto de mira la fortuna inmensa del emérito huido es una de las grandes preguntas. En una familia normal los afectos tendrían relevancia; en una familia de Borbones... cuesta creérselo.
El toma y daca entre los dos bandos enfrentados acaba de entrar en una fase de crispación y batiburrillo imposible de esconder. La famosa fotografía de Semana Santa con Froilán, Elena y Juan Carlos ha sido considerada como una provocación. Publicarla de aquella manera justo el día de la reaparición en España de la heredera al trono, la princesa Leonor, ha detonado una bomba. Un abuelo despreciando a su nieta y sucesora de la Corona no es un asunto ni casual ni inocente. El Borbón padre sabía qué se hacía, como sabía que tocaba lo que no suena a la Casa Real con su anuncio de llegada inminente a España para hacer todo eso que Zarzuela le había prohibido expresamente: exhibirse en Galicia y en las regatas. Con todo esto Felipe le ha devuelto la bofetada: Juan Carlos ha sido castigado sin coronación de Carlos III. El día 6 de mayo que no lo busquen en Londres, no estará en la foto.
#LoMásDestacado | El Rey Juan Carlos, la Infanta Elena y Froilán, juntos en Abu Dabi este Domingo de Resurrección https://t.co/Nj859b6EFi
— Europa Press (@europapress) April 10, 2023
Elena, la aliada más fiel de Juan Carlos, a pesar de las afrentas del pasado
Sin embargo lo que es cierto es que Juan Carlos tiene una edad y una mochila que hace que todo le resbale. Una actitud desafiante que ha heredado buena parte de sus descendientes, y más concretamente la rama Marichalar Borbnó: Elena, Froilán y Victoria Federica. El trío calavera vive un conflicto permanente, pero se alían cuando conviene para hacer la pelota al emérito y, de paso, meterle un dedito en el ojo al actual rey y a su mujer. Unos y otros se detestan por motivos obvios: los reyes porque los consideran una mala influencia, los otros porque no aceptan la humillación a la principal figura borbónica de las últimas décadas. La más expresiva es, sin dudas, Elena. Una mujer que ha perdonado a su padre por dejarla sin trono al considerarla, en palabras de Jaime Peñafiel, como inestable y poco preparada intelectualmente para ser reina, pero que no hace lo mismo con el depositario de la corona que intenta salvar la monarquía y sus privilegios, "cargándose" a Juan Carlos. Un comportamiento curioso y difícilmente comprensible, pero vaya: qué no lo es en este universo.
Así vuelve Elena a Madrid mientras la tensión con Zarzuela es máxima: tronchándose de risa
El caso es que Elena ya está en Madrid, reincorporada a su trabajo en la Fundación Mapfre. Se ha desplazado, como siempre hace, en su vehículo propio tapada con gafas de sol y con su inseparable sombrero, medio de incógnito. No hace falta que se disfrace: entre que la tenemos muy vista y que la acompaña un equipo de escoltas a corta distancia, el 'Dónde está Wally' pierde todo el sentido. Ahora bien, atención a la imagen que ha captado el digital Look y que habla por sí misma: una sonrisa de oreja en oreja ante los objetivos que la seguían. Revelador en un momento como el actual, con tanta tensión. Se troncha de risa. Ella es así.
La Infanta Elena, muda tras dejarse ver junto a su padre y su hijo en Abu Dabi https://t.co/isrpfxtYRS
— CHANCE (@CHANCE_es) April 12, 2023
Elena parafraseando a Rajoy: "Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo beneficio..."