Felipe y Letizia han conseguido que la ciudadanía recupere la confianza en la monarquía española. Un proceso demasiado largo con muchos obstáculos. Sin embargo, la familia del rey no se lo pone nada fácil. Los monarcas se han desvinculado totalmente del apellido Borbón. Ya cuando explotó el caso Nóos decidieron retirar todas las funciones a todos los miembros de la familia, y por tanto también se quedaron sin la asignación que reciben de los Presupuestos Generales del Estado. Solo la reina Sofía se mantuvo en el organigrama por ser considerada una víctima de Juan Carlos.
Sin embargo, en estos últimos años la familia de Felipe no le ha puesto nada fácil el trabajo a la reina. El emérito la culpa de todos sus males y sabe perfectamente cómo provocar discusiones con su hijo. Su presencia en España cada vez es mayor, ya no pesa ningún cargo judicial sobre él y no debe esconderse, tampoco informar de cada uno de sus movimientos. En este último año ha viajado a España hasta en cinco ocasiones, y esta semana se encuentra una vez más en Sanxenxo para participar en las regatas.
La infanta Cristina tampoco da tregua. Cuando parecía que su divorcio con Iñaki Urdangarin estaba finiquitado, pone en el contrato una cláusula más que perjudica la relación del exjugador de balonmano con Ainhoa Armentia, y éste se niega a firmarlo. A ello hay que sumarle que algunos de los hijos de Cristina no son tan responsables y educados como parecía. Irene Urdangarin se ha vuelto a ir a Ginebra porque los reyes estaban hartos de su comportamiento en Madrid.
La infanta Elena no controla a Victoria Federica y Froilán
Por otro lado, también está la infanta Elena. Ésta ha querido desafiar a los reyes acompañando a Juan Carlos a cada uno de sus viajes por España. Esta semana también volará a Sanxenxo para participar con él en las regatas. Es la más Borbón de todas y no piensa consentir más humillaciones a sus padres. Apoya la monarquía, pero la de antes, la que mantiene el sello Borbón.
Aunque la infanta Elena también se encuentra en un lío con sus dos hijos. Felipe VI ha tenido más de una discusión con ella por los jóvenes. Lejos de mantenerse en silencio y hacer sus respectivas vidas en un discreto plano, Victoria Federica y Froilán han querido aprovecharse del apellido Borbón cuando ha sido necesario.
Los dos han sido malos estudiantes y demasiado juerguistas, especialmente el varón. Se saltan cualquier norma a la torera. Los reyes consiguieron que Froilán se marchase una temporada a Abu Dabi, pero no han conseguido lo mismo con Victoria Federica, con quien tras conocer su faceta de influencer, le propusieron marcharse a Estados Unidos, Londres o Milan. Ella prefiere Madrid. Igual que el hijo de Jaime de Marichalar que estas navidades, tras la Cumbre del Clima, podría volver a España para quedarse de forma indefinida, ya que parece que ha vuelto con Mar Torres.