La infanta Elena, conocida por su discreción y reserva, rara vez ha permitido que los detalles de su vida sentimental trasciendan al público. Desde su separación de Jaime de Marichalar, padre de sus hijos Froilán y Victoria Federica, ha llevado una existencia alejada de los escándalos amorosos, reforzando una imagen de rectitud y compromiso con su papel dentro de la familia real. Sin embargo, en un capítulo poco conocido, Elena vivió un romance intenso, aunque efímero, con el jinete Álvaro Muñoz Escassi, una relación que, según los rumores, despertó un amor más profundo que el que sintió por su exmarido.
El vínculo entre Elena y Escassi surgió de su pasión compartida por la hípica, un mundo donde ambos se movían con soltura. Su cercanía comenzó a ser evidente durante eventos ecuestres como la II Ruta Vía de la Plata en 2014, celebrado en el Real Club Pineda de Sevilla. Allí, las miradas cómplices y el tiempo que compartieron no pasaron desapercibidos para los asistentes ni para los medios, que rápidamente empezaron a especular sobre un posible romance. Aunque ninguna de las partes confirmó la relación, la conexión entre ellos era innegable.
Álvaro Muñoz Escassi, uno de los acercamientos de la infanta Elena después de Jaime de Marichalar
Sin embargo, lo que podría haber sido una historia de amor llena de promesas se encontró con un obstáculo insalvable: la intervención de la reina Sofía. La madre de Elena, profundamente protectora, no pudo ignorar el historial amoroso de Escassi, conocido por sus romances turbulentos y su fama de conquistador. Sofía temía que su hija viviera un destino similar al suyo, marcado por las infidelidades y los escándalos de su marido, el rey emérito Juan Carlos I.
Escassi, por su parte, no era ajeno a la controversia. Su relación con mujeres como Lara Dibildos, madre de su hijo, o María José Suárez, con quien vivió un romance plagado de infidelidades, había cimentado su reputación como un hombre poco fiable. Sonia Ferrer, otra de sus parejas mediáticas, también protagonizó episodios que alimentaron los titulares. Estas historias fueron suficientes para que la reina Sofía actuara con rapidez y determinación, instando a su hija a cortar cualquier vínculo antes de que las cosas pudieran complicarse.
La familia presionó a Elena para que se alejara de Escassi
La decisión no fue fácil para Elena. Según personas cercanas a su círculo, la infanta estaba profundamente enamorada de Escassi, más de lo que había estado de Marichalar.
Sin embargo, el peso de las expectativas familiares y la preocupación por proteger la imagen de la Corona prevalecieron. El distanciamiento fue inevitable, y aunque ninguno de los dos habló públicamente sobre su relación, la ruptura fue percibida como un sacrificio personal por parte de Elena.