Por la foto que ilustra esta pieza podrían pensar que están delante del Joker. Pero no. No es el villano de Batman. A pesar de que a juzgar por su comportamiento, la infanta Elena se parece al mítico personaje de cómic, especialmente, por el trato que les dedica a menudo a sus esbirros. La hermana mayor del rey es uno de los ejemplos más fehacientes de cómo los Borbones se creen que han venido a salvar la humanidad como destino divino, de cómo esta familia de caraduras se cree superior al resto y que han venido a este mundo a que el resto de vasallos les rinda homenaje. Sin oficio ni beneficio conocido, más allá de montar a caballo, la prefe de Juan Carlos, a pesar de ser infanta, se piensa que todo el mundo en Zarzuela tiene que estar a punto para cuando la señora tenga un capricho, un antojo.
Compadecemos a un colectivo de trabajadores, especialmente un grupo de profesionales que no están suficientemente bien pagados a la hora de aguantar a los tarambanas y gandules de la familia real y familiares. Los escoltas. Especialmente, los que tenían que sacar a Froilán de afters ilegales, y a quienes llamaban|nombraban carinyosament con el explícito sobrenombre de Pocholo. Ya queda todo dicho con eso. Pero es que los que tienen que servir a la madre de la criatura, la infanta Elena, también sufren de lo lindo. Hace unos meses, salió a la luz un impactante vídeo donde se veía como se las gasta Elena con los escoltas que se encargan de velar por su seguridad. Insultos, mal genio, exigencias... Sálvame mostraba unas imágenes del 2017, en un parking, con Elena histérica chillando al escolta "¿Quieres cerrar? ¡Joder!!" porque tardaba en cerrar la puerta. O cuándo abroncó a otro porqué cambió la emisora de la radio.
De hecho, Kiko Matamoros iba más allá en el mismo programa confesando que tiene amigos que viven cerca de la infanta Elena que aseguran que a menudo escuchan "insultos dirigidos a los escoltas, vejaciones y todo tipo de cosas tremendas"... Y después nos preguntamos de dónde le viene la soberbia y el mal carácter a su hijo Felipe Juan Froilán de Todos los Antros. Hablando de escoltas, Interior ha iniciado el proceso de su retirada con respecto a Iñaki Urdangarin, pero parece que el ex duque de Palma no está por la labor. Vaya, que quiere seguir con este privilegio. La revista Vanitatis explica los hechos, y recuerda un par de jugosas anécdotas relacionadas con estos miembros de seguridad y las hermanas del rey, las infantas Elena y Cristina. De la segunda recuerdan que en Ginebra, sus escoltas han llegado a ir a por pizzas en un restaurante para llevárselas después a casa. Vaya, como si fueran chicos de los recados, su Glovo particular. Su hermana va más allá a la hora de hacer peticiones peculiares. Explican que en Madrid incluso han tenido que salir a la calle a comprarle... lana. ¿Por qué? Para que la infanta pudiera continuar con su afición de coser... La cosa tiene tela, y nunca mejor dicho.