La infanta Elena, conocida por su lealtad inquebrantable hacia su padre, el rey emérito Juan Carlos I, se ha convertido en una figura clave en las gestiones y negociaciones que buscan asegurar el bienestar y el legado del ex monarca en sus últimos años de vida. Aunque su papel a menudo ha sido discreto, en los últimos tiempos ha asumido una responsabilidad crucial en las finanzas de su padre, moviendo varios millones de euros a través de acuerdos que se gestionan desde Madrid.
Desde que Juan Carlos I se exilió en Abu Dabi, Elena ha mantenido un contacto constante con él, realizando numerosos viajes y actuando como su emisaria en España. Su compromiso con su padre ha sido tan firme que ha generado tensiones con su hermano, el rey Felipe VI, especialmente en torno a las decisiones sobre el exilio del emérito. Para la infanta, la salida de su padre del país fue una humillación que aún le duele profundamente, lo que la ha motivado a tomar cartas en los asuntos más delicados de su vida.
La infanta Elena lleva a cabo preparativos a corto plazo para su padre, el rey emérito Juan Carlos I
Entre los aspectos más relevantes de su papel se encuentran las negociaciones financieras que está llevando a cabo en nombre de su padre. Estas transacciones involucran la venta de propiedades y otros activos importantes para garantizar la herencia de sus hijas, la propia Elena y la infanta Cristina, ya que el actual monarca, Felipe VI, ha renunciado a la parte que le correspondía de dicha herencia.
Además de estas gestiones inmobiliarias, las negociaciones económicas que está llevando a cabo Elena no solo benefician a su padre, sino que involucran la gestión de activos de gran valor. Juan Carlos, consciente de que su tiempo es limitado, ha comenzado a deshacerse de propiedades y bienes de gran valor, moviendo millones de euros para simplificar su herencia y evitar problemas futuros. Estas transacciones, muchas de ellas realizadas fuera de la vista del público, son una parte esencial de la estrategia para asegurar la estabilidad financiera de sus hijas.
Estas gestiones no solo buscan asegurar el legado de Juan Carlos, sino también facilitar su deseo más ferviente: volver a residir en España en sus últimos años. En este sentido, Felipe VI vetó el regreso de su padre a España. Sin embargo, pactaron que podría volver en el caso de que Juan Carlos empeore y necesite atenciones continuas. Y ese momento se acerca inevitablemente. Su estado de salud empeora a diario y cada vez se puede valer menos por sí mismo. La buena noticia es que esta situación le permitirá cumplir su deseo de volver.
La infanta Elena busca casa para el regreso definitivo de Juan Carlos I
Elena ha sido clara con su círculo más cercano sobre su misión personal de no permitir que su padre muera fuera de su país natal. Además, Juan Carlos ha expresado en varias ocasiones su deseo de ser enterrado en España con todos los honores posibles, a pesar de que, tras su abdicación, el protocolo lo relegaría a un entierro menos grandioso que el que recibiría un rey en ejercicio.
Con todo, uno de los proyectos que Elena está manejando en la capital española es la compra de propiedades en las zonas más exclusivas, como La Florida, donde su padre podría residir de manera discreta y con la atención que su salud cada vez más deteriorada requiere. También se ha planteado instalarlo en su casa, pero implicaría una dificultad muy alta dadas las necesidades de Juan Carlos I. En cualquier caso, estos movimientos financieros y adquisiciones están siendo llevados con el mayor sigilo, dada la naturaleza sensible de la situación. No se espera que Juan Carlos regrese de inmediato, pero se está preparando todo para que, en cuanto su estado de salud lo demande, pueda instalarse en una residencia adecuada en Madrid.