La infanta Elena es la más Borbón de toda la familia. Fiel defensora de la monarquía, pero también de Juan Carlos I. Aunque lloró de la emoción en la proclamación de Felipe VI como rey de España, también le dolió la abdicación de Juan Carlos I, aunque sabía que existía un motivo de peso para ese decisión. No obstante, cree que ha sido desmesurada la actuación de los reyes con el emérito en los últimos años. No era necesario exiliarle a miles de kilómetros de España. Fue una gran humillación. Por este motivo ahora entiende que su padre busque una especie de venganza, aunque se desvincula totalmente y asegura que no es ella quien le anima a demandar a ciertas personas ni a publicar libros de memorias.

Juan Carlos I

La madre de Victoria Federica ofreció su casa en Madrid, recién reformada para personas con movilidad reducida, para quedarse con él, pero Felipe VI no quería que pusiese un pie de nuevo en la capital. Poco a poco los viajes de Juan Carlos I se hicieron más frecuentes y ya no tenía que pedir permiso a su hijo. Sin embargo esta Semana Santa ha sido castigado de nuevo y podría haber sido el movimiento que dinamite la relación entre padre e hijo para siempre.

El mayor error de Juan Carlos que daña el honor de la reina Sofía 

Juan Carlos I decidió demandar a Miguel Ángel Revilla por sorpresa. Casa Real no era conocedora de este movimiento y se desvinculó por completo dejando solo al emérito en sus actos. Amenazó con publicar este verano su libro de memorias con la editorial Planeta. Y para colmo, debido a la presión mediática y a la defensa del político, se vio en la obligación de demandar a Corinna Larsen, una persona que verdaderamente había arremetido duramente contra el exmonarca. Una mala decisión por parte del padre de la infanta Elena porque esto implicará humillar y desprestigiar de nuevo a la reina Sofía. Después de confirmarse la relación con Bárbara Rey, ahora deberá confirmar ante los tribunales, con todo lujo de detalles, su relación con la empresaria alemana.

Un nuevo duro golpe para la reina Sofía, que aunque ya no siente nada por Juan Carlos I, a ojos legales continúan casados. Ella es su verdadera mujer y la que ha sufrido todas las humillaciones sin rechistar. Ante las cámaras aparece con una sonrisa, pero en casa la realidad es muy distinta. La emérita ha sufrido mucho por pérdidas importantes en su familia y la enfermedad de su hermana, se encuentra más sola que nunca en un momento en el que tan solo recibe ataques. Sus hijos están muy preocupados porque estos movimientos del padre puedan afectar gravemente a la salud de la madre.

Reina Sofía en un concierto de Pascua