La infanta Elena, aunque siempre ha preferido el segundo plano, no ha podido evitar estar en el ojo del huracán a menudo. Por un lado, por el ‘cese de la convivencia’ con Jaime de Marichalar, y es que su separación fue toda una bomba en aquella época. Por otro, por los escándalos en los que han estado metidos sus hijos, Froilán y Victoria Federica. Que si peleas con arma blanca, que si atropellar a una persona con un caballo, que si estar en un after que fue desalojado... La lista es interminable. 

Pero Elena no se libra de lo suyo. Y en su momento también de motivo de controversia por una grave y preocupante adicción. Nada más y nada menos que hace treinta años, la primogénita de Juan Carlos y Sofía estaba enredada en una adicción que no solo le costaba una fortuna, sino que ponía en riesgo su salud. 

La infanta Elena, adicta a los productos adelgazantes 

Según varias fuentes, Elena se volvía loca comprando productos en el Teletienda. “Era adicta a la teletienda y compraba casi todos los productos que veía anunciados”, apuntó el diario ‘La Razón’. "Año 1990, Palacio de la Zarzuela, nadie tiene la más mínima sospecha de lo que ocurre cada noche. La adicción de Elena es... La teletienda. Elena repetía cada madrugada el mismo ritual, comprar casi todo lo que veía en la teletienda”, confirmaron en el programa Socialité.

Infanta Elena GTRES

Pero lo peor de todo no era solo el gasto astronómico que suponía esta adicción, sino lo peligroso que podía llegar a ser. Porque muchos de los productos que compraba prometían resultados milagrosos y, en algunos casos, podían resultar perjudiciales para la salud.  

La infanta Elena se somete a tratamiento profesional 

“Generalmente mostraba un gran interés por aquellos que prometían bajar de peso rápidamente y de una manera fácil”, afirmó La Razón. “Casi todo le gustaba, pero su debilidad eran los productos adelgazantes”, aseguraban mientras tanto en Socialité. Productos que, como advierten los expertos, ponen en riesgo la vida de las personas. 

Al principio, Elena mantuvo su adicción en secreto, temiendo que su familia la enviara a un centro de desintoxicación. Pero al final, la realidad la alcanzó, y aceptó someterse a un tratamiento para superar estas adicciones. Tanto la de comprar compulsivamente todo lo que veía en la teletienda como la obsesión por los productos adelgazantes.