El comportamiento de Froilán sigue siendo un dolor de cabeza para la familia real, especialmente para sus padres, Felipe VI y Letizia. Los reyes han llegado a un punto de hartazgo con el joven, quien, a pesar de ser un miembro de la familia real, no ha logrado alejarse de los escándalos públicos. Su actitud rebelde y su inclinación por las fiestas han provocado graves preocupaciones entre los monarcas, quienes han hecho todo lo posible por encaminarlo en la dirección correcta. Sin embargo, los problemas de Froilán persisten.
El pasado fin de semana, Froilán se encontraba de nuevo en España, y su presencia no pasó desapercibida. Durante una gala benéfica en la plaza de toros de Las Ventas, Froilán apareció junto a su madre, la infanta Elena, y su hermana, Victoria Federica.
Froilán vuelve a casa por Navidad
Este evento, que en principio parecía una ocasión de solidaridad, recibió duras críticas, sobre todo por la presencia del joven, quien ha sido vinculado con comportamientos controvertidos en el pasado. Sin embargo, lo peor estaba por venir. Froilán continuó con su ritmo de vida desenfrenado y, a pesar de la oportunidad de estar alejado de las luces mediáticas, volvió a ser el centro de una nueva polémica.
Según revelan algunas fuentes, el joven estuvo en un local donde se produjeron graves altercados que culminaron en peleas y detenciones. Este episodio ha causado gran alarma, especialmente porque se trata de unas escenas que la familia real ha intentado evitar en todo momento. Los monarcas ya han presionado a la infanta Elena en otras ocasiones para que tome cartas en el asunto, ya que su hijo no parece dispuesto a cambiar.
Froilán vuelve a encender las alarmas en Zarzuela
Este tipo de actitudes preocupan profundamente a la familia real, especialmente a los reyes, quienes ya habían advertido a la infanta Elena sobre la necesidad de poner límites más estrictos a su hijo.
En concreto, este último incidente ha provocado que Felipe VI tome medidas más firmes con su hermana. En esta ocasión, la infanta Elena ha sido reprendida por su hermano, quien le ha expresado su descontento por la falta de control sobre Froilán. Los reyes habían confiado en que la infanta tomara las riendas de la situación, pero los continuos deslices de su hijo parecen poner en duda su capacidad para controlarlo.