La infanta Elena está desquiciada. No puede más. Sus hijos le han dado demasiados quebraderos de cabeza. La hermana de Felipe VI nunca ha sido feliz. Se casó con Jaime de Marichalar con graves problemas en la pareja. Discutían a menudo, incluso el feliz día de la boda. Tuvieron a Froilán y a Victoria Federica, pero ni tan siquiera eso salvó el dañado matrimonio. En 2007 se divorciaron, aunque hubiese sido mucho antes si al ex duque de Lugo no hubiese sufrido un infarto. Juan Carlos I le pidió que aguantase hasta que se recuperase, él tampoco se había casado enamorado de su madre, pero su hija estaba amargada y no podía más. En ese momento se quedó a cargo de dos hijos adolescentes que se le fueron de las manos.

Froilán y Victoria Federica son de todo menos hijos ejemplares. Suspendían casi todas y repetían curso. Finalmente ninguno de los dos estudió. Una deshonra para su madre. Pero es que tampoco muestran especial interés por trabajar. Parece que el apellido Borbón les perjudica, pero ellos lo defienden para lo que les interesa. La joven se ha metido de lleno en el mundo de las redes sociales creyéndose una influencer que se ha estancado en número de seguidores. Froilán sigue de fiesta en fiesta y tiro porque me toca.

Infanta Elena EFE

La policía ha llamado en varias ocasiones a la infanta Elena por sus hijos 

En los últimos años la infanta Elena ha visitado las comisarías de policía de todo Madrid las mismas veces que amantes ha tenido Juan Carlos I. Ya la tenían identificada, y no por ser la hija del emérito. Las salidas nocturnas de Froilán nunca han acabado bien. La madrugada del pasado 25 de diciembre, el joven participó en una pelea con arma blanca a las puertas de una discoteca en el barrio de Salamanca. Cuando la policía llegó, alertada por los vecinos, el hijo de Elena de Borbón ya no estaba allí porque había ido al hospital a acompañar un amigo que resultó herido, allí le identificaron. Un mes después participó en una fiesta ilegal, en un after con licencia de sauna que superaba el aforo permitido y en el que se consumían sustancias estupefacientes.

"Froilán no se deja ver mucho por aquí. No suele venir. En dos años le he visto cinco veces. Repitió primer curso y en la clase no apareció ni un día. Si no vas te suspenden, pero mientras sigas pagando... lo que te aguante tu bolsillo", aseguró en el programa un compañero de la carrera de empresariales en la que estudiaba el hermano de Victoria Federica. La fama de mal estudiante es de sobras conocida.

Victoria Federica y la infanta Elena EFE

Hace años que Froilán estudiaba en The College por International Studies (CIS), carrera universitaria pagada por Juan Carlos I. Teniendo en cuenta que el precio por curso es de 20.000 euros, el Emérito ya llevaría gastados 80.000, dinero que habría tirado a la basura.

En más de una ocasión ha acabado en comisaría. "Han tenido que ir a buscarle a comisaría, lo sé porque el asesor del rey es asesor de mi padre y me lo ha contado. El otro día llamó Froilán porque lo habían metido en no sé qué problema y tuvieron que ir los jefes de la Policía de MadridFue hace semanas en una pelea”, relata el amigo del sobrino de Felipe VI.

Froilán y Victoria Federica también se han encarado a varios policías. Siempre que les han multado o les han llamado la atención por un comportamiento inadecuado les han dicho “no sabéis quién  somos”.