La historia de desencuentros entre la reina Letizia y la infanta Elena ha sido una trama constante en los círculos reales. Desde el inicio, Letizia no gozó de la aprobación en la Zarzuela, enfrentándose a miradas despectivas y críticas desde la llegada a la familia real. Los eméritos Juan Carlos I y Sofía la veían como una nieta de un taxista plebeya y divorciada, lejos de los estándares de la aristocracia que ellos consideraban apropiados. También su cuñada Elena. La hermana de Felipe VI nunca aceptó la unión de su hermano con alguien que no perteneciera a la aristocracia.Porque a pesar de que Elena no se casó por amor, eligió a un noble como esposo. Ya se sabe que l en la monarquía, la imagen y la apariencia van por delante por delante del respeto y el afecto.

Sin embargo, Letizia no se dejó vencer por las burlas y desprecios. A pesar de la hostilidad que enfrentaba, ella tomaba nota de aquellos que intentaban complicarle la vida. Cuando llegó el momento, ejecutó su venganza, apartando a quienes consideraba elementos negativos para la monarquía. Entre ellos, como no, a la infanta Elena.

La enemistad entre la reina Letizia y la infanta Elena viene de lejos

La reina Letizia la recriminó por su papel como madre, acusándola de no saber educar a sus hijos, Froilán y Victoria Federica, cuyas conductas siempre estuvieron bajo el escrutinio público. Además, estos argumentos sirvieron a Letizia como excusa para alejar a los hijos de Elena de Zarzuela y, por ende, de sus propias hijas, Leonor y Sofía.

Froilán, Elena y Victoria Federica efe
Froilán, Elena y Victoria Federica efe

El tira y afloja entre Letizia y Elena vivió un nuevo capítulo recientemente. La infanta se ríe todavía de la presencia de Letizia en su 60 cumpleaños el pasado diciembre. Un evento al que, en condiciones normales, la reina nunca hubiera asistido. Elena sabe que Letizia fue a desgana.

La infanta Elena echa a Letizia a los pies de los caballos

“La sorpresiva aparición de los reyes dejó perplejos a los presentes, considerando la conocida mala relación entre la reina y sus cuñadas”, señaló Pilar Eyre, cronista especializada en la casa real. La confirmación de la asistencia por parte de Letizia fue interpretada como una "penitencia" por Eyre tras las informaciones reveladas por Jaime del Burgo sobre la supuesta infidelidad de la consorte a Felipe VI. Y es que su presencia se llevó a cabo de manera estratégica para aparentar normalidad en el matrimonio real.

Y mientras la polémica sigue su curso, la infanta Elena no ha optado por el silencio. En círculos selectos, confirma las infidelidades reveladas por otras fuentes, pintando a su hermano como la víctima de la historia, traicionado y engañado por la propia Letizia. Parece que cuando se trata de atacar a Letizia, a Elena no le importan tanto la buena imagenn de la casa real.