La infanta Elena es la más Borbón de toda la familia. Una fiel defensora de Juan Carlos I, por ello ha discutido en más de una ocasión con Felipe VI. Cree que ha sometido al emérito a demasiadas humillaciones, totalmente injustificadas. Según ella, el marido de la reina Sofía no debería vivir en el exilio. Lleva más de cuatro años fuera de España, aunque sus visitas son cada vez más recurrentes, pero los reyes no dejan que se instale de forma permanente, ya que siempre se sitúa en el foco mediático, aunque no sean sus intenciones.
En estos cuatro años, la infanta Elena ha pasado mucho tiempo con su progenitor. Es su ojito derecho. Felipe VI la ha utilizado para que le enviase toda la información del estado de salud de Juan Carlos I. El monarca está muy preocupado porque su padre cada vez es más mayor y está demasiado lejos. Tiene ganas de que vuelva a España, pero es complicado. Tiene claro que si se queda de nuevo en España, no puede ser en Madrid, ni mucho menos en Zarzuela.
Juan Carlos I ha empeorado, la infanta Elena vuela de urgencia a Abu Dabi
Felipe, Elena y Cristina tienen muy claro que su padre no puede estar más tiempo viviendo en Abu Dabi. En el último mes se ha producido una reunión de urgencia para tratar este asunto. Juan Carlos I está cada vez peor. Tiene 86 años y presente problemas de salud por su edad avanzada.
Dede 2012 arrastra problemas serios de movilidad tras su caída en Botswana. Se rompió la cadera y no ha vuelto a quedar igual. El emérito se ha sometido en varias ocasiones a operaciones sin mucho resultado. Ahora lleva un tiempo realizándose tratamientos revolucionarios basados en las células madre y plaquetas en sangre, pero ya no le están surtiendo efecto. Desde hace años se acompaña con un bastón y su persona de confianza, aunque pronto deberá ir en silla de ruedas hasta el fin de sus días, algo que le genera una profunda depresión.
Juan Carlos I está muy triste y sus hijos están preocupados, tanto, que la infanta Elena ya ha viajado más de 60 veces en estos cuatro años. Además, es la que siempre le acompaña por España. Como puede trabajar desde cualquier parte del mundo y tiene capacidad para decidir, la infanta Elena interrumpe su trabajo en la fundación Mapfre, donde ingresa 300.000 euros anuales, para pasar unos días junto a su padre en Abu Dabi, y de paso aprovecha para ver a Froilán.