La infanta Elena, hija mayor de los reyes Juan Carlos I y Sofía, ha tomado medidas serias para enfrentar un problema de salud que ha complicado su vida durante más de dos décadas. Desde los 20 años, Elena ha convivido con la adicción al tabaco, un hábito que no solo ha perjudicado su bienestar físico, sino que también ha generado tensiones dentro de la familia real. Ahora, en un intento por mejorar su calidad de vida, la infanta utiliza parches para controlar su dependencia y reducir la ansiedad por fumar.

El consumo de cigarrillos comenzó como una afición discreta, pero rápidamente se convirtió en un vicio persistente que la acompañó durante más de 20 años. La infanta siempre fue consciente de la desaprobación de su padre, el rey Juan Carlos I, quien, aunque disfrutaba de los puros, nunca quiso que su hija adoptara este hábito perjudicial. Esta tensión llevó a Elena a ocultar su adicción, fumando únicamente en momentos privados y lejos de las miradas indiscretas de la prensa y sus allegados.

infanta Elena
Infanta Elena

La infanta Elena recurre a tratamientos para dejar de fumar

A pesar de sus esfuerzos por mantener una imagen pública irreprochable, la lucha de Elena contra el tabaco nunca pasó desapercibida para los círculos más íntimos de la familia real. Durante años, intentó dejarlo sin éxito, cayendo repetidamente en la tentación. Sin embargo, con el paso del tiempo, los efectos del tabaquismo comenzaron a manifestarse en su salud, obligándola a tomar medidas drásticas para abordar el problema.

Actualmente, según algunas fuentes, Elena se encuentra en tratamiento con parches, una herramienta que le ayuda a reducir su consumo de manera progresiva. Aunque esta decisión llegó más tarde de lo deseado, representa un esfuerzo consciente por priorizar su salud y bienestar. Este tratamiento también responde a un agravamiento de sus problemas médicos relacionados con el tabaco, que han empezado a afectar su rutina diaria.

Un mal vicio que han heredado sus hijos

La decisión de Elena de intentar dejar de fumar no solo responde a su deseo de mejorar su salud, sino también al compromiso de ser un mejor ejemplo para sus hijos, Froilán y Victoria Federica. Sin embargo, no ha tenido éxito en este cometido.

Froilán fumando
Froilán fumando

Ambos han mostrado inclinaciones similares hacia el tabaco. Froilán, al igual que su abuelo Juan Carlos, prefiere los puros, especialmente en entornos sociales. Por su parte, Victoria Federica opta por los cigarrillos, que consume mayormente en salidas nocturnas y reuniones con amigos.