La infanta Elena ha hecho gala de una de las expresiones taurinas por excelencia y este fin de semana ha entrado a matar cuando iba a ver una corrida de toros a la plaza de Las Ventas de Madrid. A la hermana de Felipe le lame un pie el qué dirán o parecer que forme parte de una monarquía moderna y del siglo XXI. Ella es más del siglo pasado. Por eso, mientras el país decidía con su voto sobre las elecciones europeas, ella hacía una cosa tan poco europea como ir a ver cómo mataban toros en una plaza. La hija mayor de los reyes eméritos ha presidido la Corrida de la Beneficencia que se ha hecho este mismo día 9-N por la tarde, cuando las urnas todavía estaban abiertas, un acto lleno de votantes de PP y Vox, que son los mayoritarios en las plazas de toros.
El día antes también repitió, no es extraño, teniendo en cuenta que hay pocas cosas en el mundo que la hagan más feliz que ir a lucir palmito y hacer el paripé a las plazas de toros, un término relacionado directamente con los Borbones, especialmente con ella, su padre Juan Carlos o sus hijos Felipe Juan Froilán y Victoria Federica. Esta vez, sin embargo, ha ido sola. Papi Juancar está a kilómetros de Madrid, como su hijo mayor, y Vic, a pesar de tener muchos amigos y novietes toreros, esta vez no estaba. En su ausencia, sin embargo, algún periodista ha querido mencionarla y preguntarle al respecto a su madre. Sábado, corrida de homenaje al bicentenario de la Policía Nacional, como se puede ver en esta imagen en el palco y detrás, algunos de los miembros del cuerpo vestidos con sus mejores galas para la ocasión.
Como decíamos, algunos medios y agencias de noticias se acercaron, como Europa Press, que se topó de bruces, sin embargo, con la versión más avinagrada de la infanta. Una Elena con cara de pocos amigos, bajo el sombrero, que a la que vio acercarse un micrófono haciéndole preguntas sobre su hija, mostró su peor cara, que cada día que pasa más nos hace pensar que es su cara habitual, especialmente con la prensa, a la cual detesta, especialmente cuando no le ríen las gracias o, ¡sacrilegio!, hace lo que hace la prensa: preguntas. "Lo cierto es que nos encontramos con la negativa rotunda de esta de responder a todas las dudas que hay en el aire. Reacia a las preguntas, incluso apartó el micrófono. ¡Manotazo al canto!". La infanta, haciendo oídos sordos a las preguntas sobre Victoria Federica. Y no solo eso, sino también, mostrando su cabreo y mala baba, con un gesto evidente y huraño. Y maleducado, apartando la cámara, tal como se puede ver si cliqueáis:
La enésima demostración de cómo son los Borbones de transparentes cuando les preguntan cosas que no les gustan. Lamentable. Y con respecto a la infanta Elena, ya van unas cuantas.